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Al rescate de cultivos en peligro

A lo largo de estos últimos cuarenta años se han ido perdiendo las costumbres más profundas de los pueblos. Entre ellas, el propio cultivo agrario. Ahora, la Hispalense estudia la recuperación de variedades cultivadas de manera tradicional con riesgo de desaparición.

el 15 sep 2009 / 11:19 h.

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A lo largo de estos últimos cuarenta años se han ido perdiendo las costumbres más profundas de los pueblos. Entre ellas, el propio cultivo agrario. Ahora, la Hispalense estudia la recuperación de variedades cultivadas de manera tradicional con riesgo de desaparición.

Y es que esta sociedad se ha hecho prácticamente urbana. Cada vez son menos los profesionales que permanecen en los campos andaluces promoviendo el trabajo agrícola. El éxodo a las grandes ciudades puede que sea una de las pequeñas causas para justificar la pérdida de muchos tipos de alimentos naturales.

Por su parte, el Grupo de Cultura, Ecología y Desarrollo de Pequeños Territorios de la Universidad de Sevilla está trabajando en la recuperación de variedades cultivadas de modo tradicional con riesgo de desaparición. Estos trabajos cuentan con la colaboración del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) del Ministerio de Ciencia e Innovación. La INIA mantiene un banco de conservación de ermoplasma con semillas de especies que, en algunos casos, ya no se cultivan.

Entre las especies menos cultivadas y, por ello, más afectadas, según los datos de la Hispalense, se encuentran distintos tipos de verduras -berenjenas, lechugas, tomates, calabacín o calabaza-. Estas diversas categorías han sido "sustituidas por cultivos con mayor producción y mejores procesos de mecanización y de respuesta a insumos químicos", explica el profesor Rufino Acosta, uno de los responsables del grupo.

Por el contrario, este investigador considera "más rentable la recuperación del manejo tradicional y el mantenimiento de la biodiversidad cultivada, ya que tiene un gran potencial para la agricultura ecológica y de calidad, lo que supondría un valor añadido".

<b< O la subida de precio . "Los agricultores, por ejemplo, han cedido a la producción de una variedad de tomates por imperativo económico, pero no tienen en cuenta la rentabilidad que ofrece un producto de calidad, tanto en las ganancias que produce como en un sentido estrictamente medioambiental", añade el profesor Acosta.

El trabajo que realiza el grupo de Cultura, Ecología y Desarrollo de Pequeños Territorios de la Universidad de Sevilla consiste en localizar, caracterizar e incluir en un inventario tanto las variedades locales como el conocimiento y las formas de manejo de las mismas, para su posterior mejora y puesta en valor.

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