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Al Sadr ordena el fin de la rebelión tras siete días de violencia en Irak

El clérigo radical chií, Muqtada al Sadr, evitó, una vez más y con un llamamiento a la calma, el inicio de una guerra civil en Irak. El líder religioso pidió a las milicias chiíes que cesaran sus combates.

el 15 sep 2009 / 02:28 h.

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El clérigo radical chií, Muqtada al Sadr, evitó, una vez más y con un llamamiento a la calma, el inicio de una guerra civil en Irak. El líder religioso pidió a las milicias chiíes que cesaran sus combates contra el Gobierno iraquí para "evitar un derramamiento de sangre y preservar la unidad del país".

Al Sadr pidió a sus seguidores del Ejército del Mahdi poner fin "a toda manifestación armada" en Basora y el resto de ciudades del país. "Para evitar el derramamiento de sangre y preservar la unidad, hemos decidido cancelar las manifestaciones armadas", reza el comunicado difundido en la ciudad santa de Nayaf, tras horas de reuniones con el Gobierno.

El clérigo dejó claro que no se responsabilizará de los que "ataquen a miembros de los organismos de seguridad e instituciones del Gobierno iraquí, y sedes de partidos políticos", es decir, personas ajenas a su milicia. Además, instó a todos sus partidarios a colaborar con la seguridad iraquí y repudiar los crímenes.

Pero sus peticiones no fueron sólo para las milicias chiíes. También se dirigió al Gobierno, al que pidió que aplicara la ley de amnistía general, la liberación de los presos, el cese de las detenciones y la vuelta de los servicios básicos a la población, sin que todo esto signifique una condición para la declaración de alto el fuego.

El llamamiento a la calma se produce después de que fuentes cercanas a Sadr informasen de que su bloque político y el Gobierno abrieron un diálogo el pasado sábado para poner fin a la lucha que libran desde hace seis días los seguidores del clérigo con tropas iraquíes y que han causado ya unas 300 muertes.

Satisfacción. El Gobierno iraquí acogió con agrado el llamamiento del clérigo chií a sus seguidores. El portavoz de Ejecutivo, Alí Dabag, calificó la actitud del líder religioso de postura "patriótica y legítima". Asimismo, destacó que el Ejecutivo mostró su satisfacción por la desvinculación de Muqtada de quienes porten armas y ataquen a las instituciones iraquíes. Eso sí, eludió hacer referencia a las peticiones de Al Sadr al Gobierno iraquí, como la aplicación de la amnistía internacional y la liberación de los presos detenidos.

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