Local

Alberto perdió su fusil

El primer soldado gay casado denuncia su expulsión del Ejército por «persecución y homofobia»

el 23 ago 2010 / 19:20 h.

TAGS:

Alberto Linero, a la izquierda, recibe una carantoña de su pareja el día de su boda.

Hace cuatro años su nombre saltaba a la palestra por protagonizar la primera boda entre militares homosexuales españoles. Enfundado en el traje de gala del Ejército del Aire, el soldado Alberto Linero Marchena, natural de Sevilla, daba el sí quiero a su pareja, el madrileño Alberto Sánchez Fernández, en una ceremonia oficiada por el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, en la Casa Consistorial sevillana que levantó una gran expectación mediática al tratarse de la primera boda gay en el Ejército.


Una lluvia de confeti recibió a los recién casados a la salida del Consistorio después de una boda en la que no faltaron los cánticos de un coro rociero, las limusinas y los regalos. Hasta el alcalde sevillano les obsequió con una canción de Silvio Rodríguez titulada Érase que se era una vez. "Es sólo vuestra boda, pero vosotros simbolizáis a muchas mujeres y hombres que murieron víctimas de la homofobia", les espetó Monteseirín a los contrayentes, destinados ambos en la base aérea de Morón de la Frontera y que se habían conocido cuatro años antes en el cuartel de Cuatro Vientos, en Madrid.


La pareja siempre mantuvo que no pretendía convertirse en un hito ni en un símbolo de nada. Únicamente querían "reivindicar nuestros derechos". Pero la popularidad de su matrimonio les llevó a recorrer varios platós de televisión e incluso a posar desnudos de forma altruista para un calendario solidario con el que se reunían fondos para la lucha contra el SIDA. Aunque sin abandonar la carrera militar, la pareja soñaba con abrir una tienda de ropa en Sevilla. Pero tanta felicidad se truncó en 2008 cuando la pareja se divorció.


Hoy, cuatro años después de aquella mediática boda, el nombre de Alberto Linero Marchena vuelve a acaparar los titulares de prensa por una noticia que amenaza con hacer correr ríos de tinta. El soldado sevillano, de 31 años, denuncia su expulsión del Ejército por un caso de "persecución por homofobia, abusos y maltratato psicológico", hechos que ha denunciado ante el Ministerio de Defensa y de los que acusa a un teniente coronel de la base aérea de Morón de la Frontera, donde se hallaba destinado.


Linero explica que en febrero de 2009, la base aérea le solicitó una evaluación extraordinaria física y psicológica, a pesar de que con anterioridad había pasado las pruebas físicas de manera óptima. Tras haberle realizado el reconocimiento médico por parte de la unidad de psicología del Hospital de San Fernando (Cádiz), se le consideró apto para el servicio, pero sus superiores, "haciendo caso omiso a estos informes", le solicitan un Tribunal Médico por psicología, que volvió a declararlo "apto", explica en su comunicado Linero. Sin embargo, como consecuencia del tiempo transcurrido en la práctica de la evaluación extraordinaria y del Tribunal Médico, el soldado perdió el destino y cesó en la base el 10 de julio de 2009.


Asegura que entonces se le realizó un informe negativo para su exclusión del Ejército por mal compañerismo y falta de rendimiento en el trabajo durante el tiempo que no ejerció. Linero afirma que dicho informe fue redactado por un superior ante la negativa del soldado a aceptar las proposiciones sexuales de éste, y dice que también fue acosado por un sacerdote de la base. "Como soy gay, parece que me tienen que gustar todos los hombres".


Sostiene que denunció su situación en vía interna y "ante la impotencia que sufría" decidió quitarse la vida, tras lo cual recibió la baja médica por motivos psiquiátricos en noviembre de 2009, situación en la que continúa. "Tenía todo el día a un subteniente detrás mía diciéndome que tenía una enfermedad y que me la hiciera mirar".


Afincado en Utrera, Linero ofrecerá mañana una rueda de prensa en la Asociación de Transexuales de Andalucía en la que amenaza con "tirar de la manta" y manifiesta que tiene "compañeros dispuestos a hablar". "Si me voy a la calle, que se venga alguien conmigo".


Defensa, sin embargo, aclaró ayer que Linero no ha sido expulsado del Ejército del Aire, sino que no se le ha renovado el contrato por las evaluaciones desfavorables. Según fuentes del ministerio, este soldado fue requerido a pasar los preceptivos reconocimientos tras acumular más de siete meses de bajas sucesivas. Tras declararle los facultativos apto para el servicio, los mandos pidieron al soldado que se reincorporase a su puesto, momento en el que, según las fuentes de Defensa, Linero comenzó a expresar quejas por el servicio y a denunciar a compañeros de los que dijo haber recibido proposiciones. El expediente informativo instruido por Defensa determinó la inexistencia de prueba alguna de estas denuncias.

  • 1