Un día después de que la multinacional sueca pusiese en duda el anuncio realizado por el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, de que la instalación de Ikea en San Nicolás Oeste está cerrada y que las obras estarán concluidas en 2014, el Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra, dirigido por el socialista, Antonio Gutiérrez Limones, puso encima de la mesa una alternativa para "evitar que se pongan en peligro los puestos de trabajo por los problemas de Sevilla".
La opción de Alcalá, que ya se puso encima de la mesa hace años con una respuesta negativa por parte de Ikea viene ahora avalada por dos nuevos factores. Por un lado, la inauguración del primer tramo de la SE-40, que permite un enlace rápido con la A-92. La segunda, por la aprobación en el Pleno del pasado viernes del plan parcial de los terrenos ubicados junto a la SE-40, en los que ya están diseñadas y a punto de iniciarse proyectos como la implantación de la cadena Makro.
"Alcalá -apuntaron desde el Ayuntamiento a través de un comunicado- cuenta con un total de tres millones de metros cuadrados de suelo disponible urbanizado donde Ikea podría instalarse sin ningún tipo de problema". "Aquí debe primar el interés general, por encima de cualquier ayuntamiento y de cualquier color político porque es una gran oportunidad para la provincia de Sevilla y Alcalá tiene la posibilidad de que esta actuación se realice de inmediato", apuntó el gobierno local que incide en que sólo con que se inicien las conversaciones se daria vía libre a una licencia que incluirá tanto la tienda como la superficie comercial que pretenden construir los promotores de la multinacional sueca.
La oferta de Alcalá de Guadaíra supone un nuevo pulso político en el área metropolitana entre dos administraciones locales de signos políticos distintos desde el pasado mes de mayo. El gobierno de Gutiérrez Limones irrumpe así en un debate que el PP abanderó como uno de sus proyectos estelares al llegar a la Alcaldía de Sevilla, y que ya llevaba años atascado por las elevadas exigencias de Ikea.
