Como en el cuento del lobo y las ovejas, los vecinos del Parque Alcosa llevan varios años alarmando sobre los efectos negativos que las antenas de telefonía móvil están teniendo sobre la salud de los ciudadanos. Una historia, con demasiados tintes de realidad, en la que los vecinos representan el papel de unas ovejas a las que el lobo de las antenas está provocando varios casos de cáncer, generando las quejas de sus representantes sobre la instalación de estos elementos en la parte alta de sus edificios.
Una montaña de escritos reivindicativos constituyen el mejor argumento de la coordinadora vecinal La Fea para dar solución a esta problemática. Documentos que en una década de idas y venidas se han topado con los desaires de la administración, que ha hecho caso omiso a sus reivindicaciones. Francisco Jiménez, vecino de la Plaza Collao -donde hay instalada una antena- y miembro de la plataforma, ha decidido ahora dar un paso al frente para exigir a las autoridades competentes la realización de un informe en el que se deje claro cuáles son los efectos que la instalación de estas antenas tiene sobre la salud de los vecinos de las viviendas anexas.
"Mandamos los escritos, algunos nos llaman, y siempre nos dan la misma respuesta: estamos haciendo estudios y no hay nada que pruebe que los casos de cáncer están vinculados a las antenas", recuerda Francisco. Pero los datos que manejan los vecinos hablan de una realidad, por desgracia, muy distinta a la que se desprende de la versión oficial. Y es que en los últimos años, los casos de cáncer se están generalizando en los aledaños de las viviendas donde se instalaron estas antenas, de una forma poco común al resto de los ciudadanos.
"Mira, nosotros no tenemos capacidad para hacer un estudio detallado de cuántos casos han surgido en los últimos años, ni de si la frecuencia de las antenas en la causante de la enfermedad, pero sólo basta con atar varios cabos para darte cuenta de que una cosa va ligada a la otra", insiste este vecino. Por ello, desde la coordinadora La Fea, artífice de la gran parte de los logros alcanzados por el barrio en los últimos años, se ha solicitado al Ayuntamiento un informe detallado en el que se valore "la frecuencia de emisión" de estas antenas y su vínculo con la generalización de esta enfermedad.
El último escrito remitido, fechado en el pasado 28 de junio, ha obtenido una primera respuesta desde el Distrito Este-Alcosa-Torreblanca, cuyos representantes ya se han puesto en contacto con esta plataforma para citarlos a un encuentro en el que estudiar el caso. Pero los vecinos están dispuestos a ir más allá. "Nosotros queremos que nos reciba el responsable de Salud del Ayuntamiento. Es quien debe solucionar este tema", asegura Francisco. El documento hace referencia a los informes emitidos por la Organización Mundial de la Salud al respecto y a la petición de la "certificación de la última revisión realizada" a la decena de antenas colocadas en las viviendas del barrio del Parque Alcosa.
Los supuestos afectados prefieren guardar silencio. No quieren generar un enfrentamiento vecinal y es que no debe olvidarse que la instalación de estas antenas en las viviendas debe contar con el beneplácito de los propietarios del inmueble, quienes reciben un importante aporte económico por mantenerlas. La salud se enfrenta al dinero en un barrio que pide que, al menos, sea el tiempo el que consiga lo que a día de hoy no logra la razón.
