La liberalización de los horarios comerciales será la sentencia de muerte del pequeño y mediano comercio. Con la intención de manifestar su contundente negativa a la medida propuesta por el Gobierno central en zonas de gran afluencia turística, comerciantes, usuarios y sindicatos sevillanos mostraron ayer una alianza pocas veces vista y denunciaron una normativa que solo conseguirá "favorecer un oligopolio comercial de grandes empresas".
Aprocom, Uce, Facua, la Asociación de Consumidores Híspalis, Feicase, UGT y CCOO se unieron para comunicar que ante la medida del Ejecutivo de Rajoy apoyarán el "recurso que la Junta de Andalucía trasladará al Tribunal Constitucional por cuestiones de ámbito y competencia", aseguró el secretario general de las Federaciones de Comercio, Hostelería, Turismo y Juego de UGT Andalucía, Rafael Martín.
Para los comerciantes, la liberalización horaria solo cumple las expectativas de las grandes empresas de distribución, dejando sin amparo al pequeño y mediano comercio hispalense. Según el vicepresidente de la asociación de comercio y servicio Aprocom, Tomás González, el argumento del Gobierno de ampliar los horarios comerciales para crear empleo "solo es hipotético".
En los tiempos de crisis, la intención de incentivar el consumo es, para comerciantes y usuarios, inútil cuando la capacidad monetaria es nula. En este sentido, el secretario de Feicase, Federico de la Torre, tachó de "paradójico" que, en una época en la que se merma el poder adquisitivo, aumenten las horas para poder hacer la compra.
Con la normativa central se destruirían más de 100.000 empleos pertenecientes al pequeño comercio, según el sector. Ante la posibilidad de que las grandes superficies puedan abrir los domingo, González aseguró que toda "la tarta del consumo se desplazaría hacia las empresas con un alto nivel de ventas". En el comercio sevillano en su totalidad se rompería el equilibrio entre grandes y pequeñas empresas.
Abrir un camino lleno de facilidades a las grandes superficies coarta, según el portavoz de Facua, Jordi Castilla, la libertad del consumidor a optar por uno u otro formato, y lo obligaría a comprar en un solo lugar.
