La intervención de urgencia a la que fue sometida hace unas semanas para dotarla de nuevos brazos no ha evitado su traslado al taller. Finalmente, la Virgen del Mayor Dolor de las Aguas será sometida a una segunda intervención -esta vez de limpieza de la policromía- por el imaginero Luis Álvarez Duarte, hermano de esta cofradía y autor de la otra dolorosa, la Virgen de Guadalupe. Así lo aprobaron anoche los hermanos de esta corporación del Lunes Santo en el transcurso del cabildo general de salida.
La propuesta de restauración de la dolorosa que integra el paso de misterio presentada por la junta de gobierno obtuvo el respaldo de los hermanos convocados. La idea planteada prevé una segunda intervención de la imagen una vez que transcurra la Semana Santa ante las "preocupantes" manchas que han aparecido en el rostro de esta dolorosa, según consta en varios informes que maneja la hermandad. "La policromía de la Virgen está cogiendo un color muy verdoso debido a las pinturas acrílicas muy vastas que se emplearon en las últimas restauraciones de Peláez y de Bonilla", comenta Álvarez Duarte.
El hermano mayor de esta corporación del Arenal, Antonio Arredondo, detalló en el cabildo que hay fotografías -a disposición de los hermanos- que muestran estos parches o "churretones en la frente y en la mejilla", muy apreciables debido al tono pálido de la policromía de esta imagen. A ello hay que añadir numerosos "alfilerazos" en el pecherín y la espalda.
La duración de esta segunda intervención sería de "mes y medio", por lo que la Virgen del Mayor Dolor sería retirada del culto "a mediados de septiembre", para volver en noviembre. Será, pues, la segunda vez que en un corto periodo de tiempo sea intervenida por Álvarez Duarte.
Para poder salir este Lunes Santo, el imaginero sevillano ha tenido que dotarla de nuevos brazos, debido al "estado precario" en el que se encontraban los anteriores, con dos articulaciones rotas (se habían fracturado las espigas de un hombro y un codo) que dejaban sus brazos sueltos, sin movilidad, según recuerda Álvarez Duarte. "Era de pena como estaba. En un estado muy descuidado que no era de recibo... como de no estar cuidada, de ni siquiera mirarla. Ni para vestirla se le podían poner bien los brazos", recuerda al tiempo que añade que la alarma saltó cuando el nuevo vestidor de las Aguas se dispuso a cambiar de atuendo a la imagen.
La restauración del Mayor Dolor no fue el único punto que se trató en el cabildo de salida. La junta de gobierno expuso de nuevo a los hermanos -pues ya se aprobó en anteriores sesiones- la venta del antiguo paso de misterio con los candelabros. "Hemos tenido varias hermandades interesadas y todas han terminado desistiendo. Exigían la incorporación de los candelabros como requisito indispensable para cerrar la compra", subraya el secretario de la cofradía, Gonzalo Franco, quien apunta que las cofradías candidatas en esta adquisición justificaban que "hacer unos candelabros nuevos costaba casi tanto como el paso entero".
Los hermanos de las Aguas también pudieron conocer de primera mano los trámites que la junta de gobierno está realizando para hacerse con un local en el barrio en régimen de alquiler donde trasladar la vida de la casa de hermandad, constreñida actualmente por las reducidas dimensiones de las estancias que posee la hermandad en la misma capilla.
Es una medida alternativa al proyecto de la nueva casa de hermandad, de momento, "frenado por el PGOU". Los planes urbanísticos impiden por ahora la construcción de una segunda planta en las dependencias de la hermandad en la capilla de Dos de Mayo, aseguran desde la corporación del Lunes Santo. La junta de gobierno se encuentra en trámites con Urbanismo para mantener este proyecto inicial, que, a su juicio, consideran "el más factible y el más económico" para la futura ampliación de la casa hermandad.
