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Andalucía plantea gravar el alcohol y el tabaco para refinanciar la sanidad e insiste en que el copago "no es solución"

Rechaza implantar medidas como el copago y alaba otras como el  céntimo sanitario, con el que prevén recaudar 137 millones anuales

el 02 ago 2010 / 10:21 h.

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La consejera andaluza de Salud, María Jesús Montero, ha apostado  por "seguir explotando" otras vías para refinanciar el déficit que  soportan actualmente los sistemas sanitarios públicos de las  comunidades autónomas, entre las que ha destacado "la posibilidad de  gravar impuestos sobre el consumo de alcohol o tabaco".

En una entrevista con Europa Press, Montero ha aludido a este  respecto al reciente informe Vilardell presentado por Cataluña en la  última reunión del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de  Salud (CISNS), en el que, "aunque lo que trascendió públicamente fue  la posibilidad de implantar un copago sanitario, pese a que sólo se  hacía referencia al mismo en un párrafo a lo largo de todo el  informe, también se hacía especial hincapié a la introducción de  medidas impositivas".

En opinión de la titular de Salud, instrumentos ya aprobados para  refinanciar la sanidad como el gravamen a los hidrocarburos, conocido  como el 'céntimo sanitario', "nos va a permitir recaudar, si el  consumo y los precios de la gasolina se mantienen igual, en torno a  unos 137 millones de euros anuales de forma finalista para la  salud".

"Es una medida que compartimos, entre otras razones porque no  repercute al precio del contribuyente, ya que las tablas de precios  de las gasolinas son prácticamente similares en todo el Estado", ha  explicado Montero en referencia a la reciente aprobación del 'céntimo  sanitario' para ayudar a las arcas sanitarias andaluzas.

En cuanto a la posibilidad de gravar alcohol y tabaco, ha  subrayado que estos elementos "están claramente relacionados con el  deterioro de la salud", por lo que ha defendido que, "en términos  políticos, sería una medida interesante".

No obstante, ha reconocido que, "al no estar transferidos los  impuestos del alcohol y el tabaco a las comunidades, no nos  corresponde a las administraciones autonómicas el decidir si  implantamos o no este tipo estas medidas".

Aún con todo, ha defendido que "los consejos de Economía de las  comunidades siempre han defendido explorar este tipo de fórmulas,  aunque también admitiendo que un posible escollo fuese el cómo  afectarían ese tipo de impuestos gravados --alcohol y tabaco-- al  resto de valores económicos".

Sea como fuere, ha apuntado que en el Consejo de Política Fiscal y  Financiera "lo que se han visto siempre son fórmulas de reducción del  gasto, no así de incremento de la financiación, porque imagino que el  Estado no abre ese debate a las comunidades, sino que lo tiene en su  marco competencial".

Sin embargo, Montero ha sostenido en su entrevista con Europa  Press que desde el seno del Sistema Nacional de Salud (SNS)  "entendemos que se deben de articular fórmulas impositivas, sobre  todo, de aquellos productos que tiene un impacto negativo en salud".

NO AL COPAGO

Respecto al establecimiento de un copago sanitario en el que el  usuario pague una cantidad por los servicios asistenciales recibidos,  Montero ha insistido que, pese a que el documento Vilardell sí ha  recogido esa posibilidad como una alternativa, dicho informe "es muy  amplio y no sólo plantea la necesidad de incorporar algún tipo de  tasa en la utilización de servicios de forma muy tímida, sino que  apunta a otro tipo de elementos que tienen más que ver con  deducciones fiscales, como el pago del IVA o la compra de bienes y  servicios".

Para Montero, lo "mas justo" sería aplicar fórmulas de  redistribución de riqueza "y hacer compatible que cada uno pague en  función de lo que tiene, es vía impositiva".

"Un mecanismo fiscal permite una mejor redistribución de la renta,  entre otras razones porque el copago, al estilo tradicional que se ha  planteado siempre, no consigue ni ninguno de los dos objetivos por  los se defiende este fórmula".

Así, ha dicho que "ni consigue una capacidad recaudatoria que  compensase el gasto administrativo que, a su vez, requeriría poner en  marcha todo este mecanismo; ni tampoco consigue el que sea un  elemento disuasorio contra un mal uso de los servicios sanitarios".

De hecho, ha zanjado que los países que han puesto en marcha estos  mecanismos de copago "no sólo no han disminuido la frecuentación  asistencial, sino que incluso han tenido un repunte".

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