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Andalucía sí se la juega en las europeas

Una simple lectura de los periódicos de información general de este país permite apreciar dónde han colocado su punto de mira las grandes organizaciones políticas en torno a las elecciones europeas del siete del junio: en cualquier sitio menos en Bruselas y Estrasburgo...

el 16 sep 2009 / 03:06 h.

Una simple lectura de los periódicos de información general de este país permite apreciar dónde han colocado su punto de mira las grandes organizaciones políticas en torno a las elecciones europeas del siete del junio: en cualquier sitio menos en Bruselas y Estrasburgo.

De las declaraciones de unos y otros se desprende que los comicios del 7-J tendrán una valoración estrictamente española y se centrarán en saber si la crisis económica erosiona la confianza de los ciudadanos en el proyecto que encabeza José Luis Rodríguez Zapatero y en conocer si Rajoy remonta o termina diluyéndose entre los escándalos del caso Gúrtel o del Yak-42. En Andalucía se mimetiza este proceso y los resultados se medirán desde una perspectiva local y con las inevitables extrapolaciones que se hacen de estos comicios.

Todas estas miradas y lecturas son válidas y legítimas, pero comparten un problema: arrinconan hasta la marginalidad el objeto central de la convocatoria de junio, que no es otro que la discusión sobre qué modelo políticos queremos para el gobierno de la Unión Europea. Una cuestión de suma importancia para todos los andaluces, que bien saben que Bruselas, lejos de ser una entelequia administrativa, es el centro político en el que se toman decisiones de la máxima importancia para su vida cotidiana.

En los despachos de las instituciones europeas se decide sobre las carreteras o los pantanos que se construirán en los próximos años en la región, los centros comerciales que se podrán edificar o los productos alimentarios que se podrán vender en el espacio común europeo.

¿Cómo podemos pensar, por tanto, que Europa no nos afecta? Nos afecta, nos influye y nos ha beneficiado de tal modo que sin su ayuda Andalucía no podría haber dado el salto cualitativo del que ha disfrutado en las dos últimas décadas. Por eso es tan importante que el siete de junio pensemos en ello y le demos su sitio del modo que pueden hacerlo: combatiendo la indiferencia con nuestra participación en las urnas.

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