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Apuntes en busca de hueco en la biblioteca

Los estudiantes se quejan de que la mayoría de las salas universitarias solo abran por la mañana en estas fechas.

el 28 ago 2012 / 18:53 h.

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Llegar dispuesto a estudiar y encontrarte que te tienes que dar la vuelta. Esa es la situación que se encuentran a diario los universitarios cuando llegan a la biblioteca de su facultad para estudiar. Una vez descansados, los estudiantes se esfuerzan durante los últimos días de verano para aprobar esa asignatura que se les ha atragantado. Las carreras por los pasillos para encontrar primero un sitio son constantes. El problema: las ganas de estudiar se esfuman al abrir las puertas de la biblioteca y no encontrar un hueco donde sentarse.

A las 10.05 horas, en las salas de estudio no cabe ni un alma. Con la apertura, a las 8.30, los alumnos encuentran sin problema un hueco para sus apuntes. Una hora más tarde, al bajar las escaleras para acceder a la sala de estudios de la Facultad de Matemáticas no hay sitio para estudiar en ninguna de las 432 plazas. Una situación que hace dos semanas era "inimaginable", asegura Héctor de Serpa, estudiante de Derecho y Administración y Dirección de Empresas (ADE).

Más conocida por los alumnos como el búnker, esta sala es la única del campus de Reina Mercedes que está abierta 24 horas. El resto de bibliotecas -como las de Farmacia o Químicas- solo ofrecen sus servicios de 9 a 14 horas, lo que obliga a los alumnos a pelear por un sitio que les permita seguir con su estudio durante todo el día. "El lunes la gente se pegaba tortas por estudiar", sostiene Inés Planas, estudiante de Farmacia, que prefiere madrugar para entrar en la sala de Matemáticas a que la echen de la biblioteca de su facultad a la hora de comer y no tener un sitio donde estudiar por la tarde.

Uno de los principales problemas, según los alumnos, es la reserva. "Muchos dejan los papeles en un sitio libre, sobre todo al mediodía, y se van a comer", asegura Cristina Castro, estudiante de Empresariales. Los alumnos no se ausentan por unos minutos, sino que muchos de ellos tardan incluso hasta tres horas, se quejan los más madrugadores. Al encontrarse con esta situación, muchos universitarios que buscan un hueco a la desesperada actúan impulsivamente y apartan los apuntes de los olvidadizos para sentarse.

La Facultad de Económicas cuenta con otra sala 24 horas, dotada de 258 plazas, que también está abarrotada. Al mediodía, cuando muchos estudiantes vuelven a sus casas para comer, Romaisa Marah, estudiante de Empresariales, aprovecha para buscar pero no lo encuenta. Se desespera al saber que ni el búnker de Matemáticas ni el de Derecho disponen de plazas libres. En ese momento, su casa es la única alternativa viable.

Aunque ayer no había sitio en la sala 24 horas de Económicas, el lunes muchos estudiantes tuvieron que emigrar a esta sala porque en el búnker de Derecho no cabía un alma. "Parecía que íbamos de excursión", bromea una de las estudiantes.

Aunque los problemas derivan muchas veces de esos apuntes de reserva, en Económicas muchos sitios no se aprovechan por la falta de sillas. Según el estudiante de Empresa Iban Moreno, muchas están "rotas o simplemente faltan". Pese a que las plazas parecen suficientes para los alumnos que estudian en verano, la realidad es que en toda Sevilla no hay ni mil plazas abiertas todo el día para los universitarios estivales.

Aunque la demanda supera la oferta veraniega de las bibliotecas, los responsables de las salas de la Facultad de Económicas aseguran que por los recortes el resto de salas se está abriendo según la afluencia de gente. Por el momento, tendrán que correr para encontrar un sitio en la 24 horas.

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