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Ashtianí confiesa su ‘crimen’ ante las cámaras de la TV iraní

La mujer se autoinculpó de haber drogado y electrocutado a su marido.

el 11 dic 2010 / 20:55 h.

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Imagen tomada del espacio de televisión estatal iraní Press TV donde salió Ashtianí.

Avejentada y con un extraño aire de serenidad, una mujer identificada como Shakine Mohamamdi Ashtianí confesó ayer que cometió adulterio con un empresario llamado Isa Taherí y que entre ambos electrocutaron a su marido.


Vestida de negro y con un hiyab color marrón que cubría su cabeza, la mujer cuya posible condena a muerte ha movilizado a la comunidad internacional, guió a las cámaras de la televisión estatal iraní en su supuesto domicilio de la localidad de Osko en una suerte de reconstrucción macabra de unos hechos que aún parecen confusos.El documental arranca con una voz femenina en off que asegura que los diversos actores implicados han complicado una trama que definió como "la historia de una traición que condujo al asesinato".


Después cede la palabra a una mujer madura, con el rostro sereno pero zarandeado por los golpes de la vida, muy diferente a la tez joven con aire inocente envuelta en un chador negro que se ha hecho famosa desde que meses atrás el caso saliera a la luz pública internacional. Sentada y sobre un fondo marrón, la nueva imagen de Ashtianí explica cómo tras quedarse su marido en paro e ir a trabajar a otra ciudad, sufrió el acoso telefónico de Taherí, hasta que cedió, se vieron en un parque y consumaron "un par de veces" su delito sexual en la fábrica del padre de su amante.


Después, asegura que Taherí le indujo a drogar a su marido para dejarlo inconsciente y electrocutarlo. Enseguida se suceden una serie de imágenes que mezclan el cuerpo sin vida del supuesto marido y una reconstrucción protagonizada por la propia Astianí en un piso muy pobre.
En la secuencia, la mujer representa cómo inyecta a un hombre tumbado y abre más tarde la puerta a otro hombre que le ayuda a colocar unos cables alrededor de los dedos de los pies y de otras partes del cuerpo de su marido.

La narradora explica después que existen dos versiones sobre la confesión de Ashtianí: una que habría sido producto de un interrogatorio y otra fruto del desasosiego de la propia mujer por su acción. Además, asegura que existe una denuncia y pruebas que demuestran que Ashtianí ejercía la prostitución.
Una vez concluida la reconstrucción, el documental arremete contra la presienta del comité internacional en contra de la Lapidación, Mina Ahadí, contra el primer abogado de la mujer, Mohamad Mostafei, y contra la prensa mundial, a los que acusa de instrumentalizar el caso con fines políticos. La narradora denuncia que Ahadí es una activa miembro de un grupo terrorista contrario a la República Islámica y le acusa de buscar venganza por el ajusticiamiento de su marido.


El documental concluye con un párrafo en el que se afirma que Ashtianí "sigue en prisión" y la afirmación de que el Poder Judicial seguirá adelante con el proceso "sin dejarse influir" por el ruido en torno al mismo.
Amnistía Internacional (AI) manifestó que el programa convierte en "una farsa el sistema legal iraní".

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