I.C. / D.C.
La masiva asistencia a la misa que ayer ofició el cardenal de Sevilla en la Catedral para celebrar que Madre María de la Purísima, superiora de las Hermanas de la Cruz durante 22 años, había sido declarada Venerable por el Papa el 17 de enero alcanzó tales dimensiones que la Policía Local se vio obligada a poner orden. Hizo falta parar el Metrocentro durante un largo rato para que las miles de personas congregadas en el interior del templo pudieran salir, e incluso desviar a varios autobuses de Tussam que debían recorrer la calle Palos de la Frontera, donde habían decidido aguardar a los fieles los más de 70 autobuses llegados desde fuera de Sevilla repletos de asistentes para la eucaristía. La Policía organizó rutas alternativas para que los autobuses públicos bordearan la zona en la que se congregaban los que aguardaban para regresar a sus ciudades y eliminó algunas paradas durante una media hora. Finalmente, los 70 autobuses foráneos se marcharon sin incidentes destacables.
La afluencia de varios miles de personas para acudir a la misa oficiada por Carlos Amigo Vallejo, que tuvo lugar entre las 17 y las 19 horas en la Catedral, tuvo repercusiones incluso por la mañana. Los visitantes, devotos de la compañía de Santa Ángela de la Cruz, se dirigieron al convento por si había suerte y se había adelantado la jornada de puertas abiertas que se celebra cada 2 de marzo en el aniversario de su muerte, de la que hoy se cumplen 77 años. Aunque no había sido así, la afluencia de gente causó un efecto llamada que, según confesaban las responsables del convento, las había sorprendido a ellas mismas, porque durante toda la mañana los visitantes no habían cesado de llamar a sus puertas por si se les permitía entrar a visitar la cripta de la santa sevillana. El convento alertaba ayer de que la fecha no se había adelantado y será hoy, como cada año, cuando se permitan las visitas a la tumba que custodia el cuerpo incorrupto de Santa Ángela, una cita que siempre congrega a un gran número de personas.
