"Fortalecer la nación española", "derrotar a ETA sin negociar la libertad de los españoles", "poner a España en el mundo". El decálogo de Aznar pasa irremisiblemente por pronunciar la palabra España y sus derivados. Ayer en León, el ex presidente pidió el voto para defender esas ideas, aunque "no se entusiasmen con el PP o con Rajoy".
Los ex presidentes del Gobierno han entrado en campaña sacudiéndolo todo. José María Aznar estuvo ayer en León, cuna de Zapatero, en el primer mitin que comparte con Mariano Rajoy, y para reclamar el voto a los asistentes eligió como punto de partida un discurso que ya había usado en anteriores ocasiones: Jose Luis Rodríguez Zapatero "quiere cargarse el país", así que "no hay derecho a repetir cuatro años" más de gobierno socialista.
Aznar apeló a la izquierda y reclamó sus votos ofreciendo "sentido común y seriedad". Las ideas que defienden los populares bien "pueden tener el apoyo de una mayoría de españoles que a lo mejor no se entusiasman con el PP, con Mariano o dicen usted tiene el bigote torcido", dijo. Y apuntilló: "Cuánto más izquierda piense que merece la pena apostar por las cosas serias porque no se puede estar cuatro años más jugando con las cosas serias, eso bien merece la pena".
"Voy a dar sólo cinco razones para votar a Rajoy", dijo Aznar ante un auditorio entregado, con más de 15.000 personas en la Plaza de Toros de León: "fortalecer la nación española", "mejorar la convivencia democrática en España, deteriorada estos años", derrotar al terrorismo de ETA sin "negociar la libertad de los españoles ni la autodeterminación"; impulsar la economía española porque "vienen años duros", y "volver a poner a España en el mundo". Cinco 'Españas' de cinco. Rajoy cogió el relevo y también cargó contra Zapatero, a quien acusó de haber tenido cuatro años "de palabrería" y de haber puesto en marcha "dos grandes proyectos que han sido dos fracasos clamorosos", en referencia al modelo territorial y el "proceso de negociación" con ETA. El líder acusó al presidente de generar "tensión, dramatismo y crispación y después poner cara de seminarista y echar la culpa a Aznar y a Rajoy".
Sin embargo, el grueso del mitin se lo llevó Aznar, aunque su aparición no estaba prevista. Aznar dio seguridad a Rajoy, pese a que en su discurso mencionó más al partido que al propio candidato. "El PP ha demostrado que somos un gran partido, con una ambición: servir a España", proclamó, mientras desde las gradas se oían los gritos: "¡España, España!".
