Definitivamente, este Sevilla puede aspirar exclusivamente a la Europa League. Y no ya por lo que diga la clasificación, que también, sino por la imagen paupérrima que ofreció ayer ante un Real Madrid que parece haberle tomado el pulso a la Liga cuando ya toca a su fin.
Con la competición en el bolsillo del Barcelona, al conjunto de Mourinho le salió un partido redondo durante 90' que controló a su antojo. Asfixió a un Sevilla timorato que nada pudo hacer para frenar al hombre del partido: Cristiano Ronaldo.
Manzano empezó el partido con rostro serio y un sistema 4-4-1-1 en la pizarra, con Kanouté en la mediapunta y Negredo arriba, y lo acabó con el mismo sistema y cara de pocos amigos, fiel reflejo de lo que se vio sobre el césped. La tempranera lesión de Fernando Navarro trastocó los planes del de Bailén, que vio impotente como Özil bailó a Dabo de principio a fin y como Cristiano Ronaldo desnudó a un Sergio Sánchez que, salvando su pundonor y coraje, nunca dio la sensación de poder salir vivo del entuerto.
Al final se vio que este Sevilla, el de Manzano y Monchi, no está preparado para algo más serio que la Europa League. Porque lo dice la clasificación y porque cuando enfrente hay un todoterreno no tiene prestaciones ni para discutirle su insultante superioridad sobre el terreno.
