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Becas con forma de salario

El modelo de ayudas mensuales está pensado para jóvenes acostumbrados a cobrar un sueldo que han perdido el trabajo y deben volver a estudiar. 

el 27 jun 2011 / 21:03 h.

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Alumnos de un ciclo de Formación Profesional de mecánica en un instituto de Sevilla. / javier díaz

Con la nueva beca de 400 euros mensuales para reenganchar a la "educación reglada" a jóvenes de entre 18 y 24 años parados y con cargas familiares, la Junta repite la fórmula que ya usó con la llamada beca 6.000. Igual que aquélla, se trata de una ayuda que se gestiona como si fuera un salario de alumno. Los sindicatos de la enseñanza han aplaudido la medida, aunque no niegan su sesgo "electoralista" y critican que se haya anunciado al margen de la Consejería de Educación y de las negociaciones que mantienen con ellos.

Por ahora sólo saben que habrá una convocatoria el curso que viene, cuando se ofertarán 3.000 becas. Pero exigen conocer los criterios que la regulan, porque al menos sobre el papel, los beneficiarios potenciales de esta ayuda son los 56.247 jóvenes de entre 18 y 25 años que estaban inscritos en el Inem hasta mayo. Entre ellos, sólo tendrán derecho los que arrastran "cargas familiares" y los que abandonaron los estudios siguiendo el canto de sirena del boom inmobiliario.

La semana pasada estuvo de visita en el Parlamento, Andreas Schleicher, director del informe PISA, que examina y compara los sistemas escolares de casi 60 países. Schleicher podría aportar dos explicaciones a esta nueva beca: la primera es que, en efecto, la OCDE concluye que el pinchazo de la burbuja inmobiliaria en España y la crisis, paradójicamente, están ayudando a reducir el abandono escolar temprano. En Andalucía este fenómeno se traduce en que el 37% de jóvenes de entre 18 y 24 años dejó de estudiar el año pasado sin haber logrado ningún título escolar. La segunda aportación de la OCDE -y esta sí es propiamente de Andalucía- es que la razón principal de abandono escolar no son los problemas económicos en casa, sino el desinterés y la falta de motivación del alumno, que prefiere buscar un trabajo fácil. "En algún momento determinado un joven estuvo turbado por una oferta laboral bien retribuida que posiblemente hoy haya desaparecido", explicó ayer el consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica.

Esto nos lleva al principio. ¿Por qué la Junta ha repetido el modelo de las becas salario? Los expertos consultados creen el formato-becas-salario es apropiado para jóvenes "que probablemente han pasado los últimos tres o cuatro años acostumbrados a recibir un sueldo mensual". El catedrático de Sociología y asesor del Ministerio de Educación, Mariano Fernández Enguita, defiende más el formato becas-préstamo, porque garantizan que sólo las pedirán quienes realmente quieran y necesiten volver a estudiar, sabiendo que si cumplen su objetivo, tendrán que devolver el dinero. Al líder del PP Javier Arenas no le gustaba la beca 6.000 -de la que se han beneficiado 5.000 alumnos este curso- y tampoco le gusta ésta. "Es propaganda, ocurrencias de un Gobierno que pretende desviar la atención", aseguró ayer.

Las becas salario nacieron en los años 30, durante la II República, también a propuesta del PSOE. En aquel entonces, la escuela pública era minoritaria. Los hijos de las familias burguesas estudiaban en liceos privados, y sólo los de la clase obrera iban a colegios públicos. El objetivo de las becas salario era subvencionar a los hijos de la clase trabajadora para que no tuvieran que dejar la escuela y ayudar a sus padres en el trabajo. Ahora sirven justo para lo contrario: para que vuelvan a la escuela los que prefirieron cambiarla por cualquier trabajo.

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