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Blair ignoró los avisos sobre la ilegalidad de la invasión de Irak

El exprimer ministro prometió su apoyo a EEUU un año antes de la guerra.

el 21 ene 2011 / 21:12 h.

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Tony Blair (i) sale tras declarar ante la comisión que investiga la guerra de Irak.

El exprimer ministro británico Tony Blair volvió a comparecer ayer ante la comisión que investiga el papel de Reino Unido en la guerra de Irak. En una declaración entregada a esta comisión, Blair revela que ignoró los consejos del fiscal general, Peter Goldsmith, que en enero de 2003 le advirtió de que la invasión de Irak sería ilegal si no estaba respaldada por una resolución de Naciones Unidas (ONU).


Goldsmith cambió de opinión poco antes de la invasión, y Blair argumentó que consideró que la advertencia que le había hecho previamente era "provisional" y que cambiaría cuando el fiscal general conociese las negociaciones en la ONU.


Además, ayer ante la comisión que investiga el papel británico en la guerra de Irak, Blair admitió que casi un año antes de la invasión, que se produjo en 2003, se comprometió a apoyar a Estados Unidos en caso de que emprendiese acciones contra el régimen de Sadam Husein.
Blair, que no dijo que hubiese prometido a principios de 2002 al entonces presidente estadounidense, George W. Bush, el apoyo militar incondicional de Reino Unido, como aseguran algunos, dijo que siempre estuvo de acuerdo en que había que hacer algo contra Sadam.


"Acepto totalmente que iba a estar del lado de América a la hora de abordar este asunto", admitió ante los miembros de la comisión de investigación en Londres. "Lo que yo le decía al presidente Bush" en el verano de 2002 "era algo muy claro y sencillo: puedes contar con nosotros, vamos a estar contigo para tratar de resolver esto, pero hay dificultades'", recordó. El momento concreto en que se decidió participar militarmente en Irak es una cuestión importante para quienes se oponían a la guerra, que acusan a Blair y a Bush de haberse preparado para la invasión independientemente de si era legal o si iba a contar con el visto bueno de la ONU.
Sadam, una amenaza. Ésta es la segunda vez que comparece Blair ante la comisión de investigación, que le convocó para que aclare las pruebas que proporcionó durante su primera comparecencia, en enero de 2010.


Reino Unido envió 45.000 soldados a Irak para llevar a cabo la invasión, liderada por Estados Unidos, en marzo de 2003.


El ex primer ministro repitió algo que ya dijo en su primera intervención: que los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en EEUU modificaron el cálculo del riesgo, es decir, que había que expulsar a Sadam del poder porque suponía una amenaza para el mundo y se negaba a acatar las normas de la ONU.


Blair precisó que la posibilidad de forzar un cambio de gobierno en Irak es algo que se barajó inmediatamente después del 11-S. "Si se convertía en la única forma de abordar esta cuestión, íbamos a estar preparados para ello", explicó, para después agregar que convenció a Bush para que buscase el apoyo de la ONU.


La decisión de participar en la guerra de Irak fue una de las más polémicas tomadas por el Gobierno de Blair, que gobernó durante diez años, hasta 2007. Generó protestas masivas en las calles y el entonces jefe del Ejecutivo fue acusado de haber engañado a los británicos sobre los motivos de la invasión.


Junto al lugar donde compareció ayer el exprimer ministro británico, cerca del Parlamento, se manifestaron unas 50 personas contrarias a la guerra de Irak que corearon frases como "Blair miente, miles de personas mueren".

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