Alberto Botía llegó este verano al Sevilla en una operación esperada por aquello de que el club buscaba un central de garantías para apuntalar su defensa. El irregular rendimiento de los jugadores que venían ocupando esa demarcación, Fazio y Spahic, así como la posibilidad de que llegase una buena oferta por ellos obligaba a buscar alternativas. Finalmente, el elegido fue un prometedor zaguero del Sporting que incluso llegó a ser llamado por Vicente del Bosque para formar parte de la selección en una de sus apuestas por los nuevos valores. Ahora, ese futbolista llamado a tener muchos minutos vive una situación muy distinta a la que él mismo esperaba.
Botía sólo ha participado en 17 de los 30 partidos oficiales que lleva disputados el Sevilla esta temporada. Fazio y Spahic están dando un rendimiento en líneas generales superior al esperado en un principio. Entre esto y que Botía tampoco ha marcado grandes diferencias respecto a ellos cuando tuvo la oportunidad, lo cierto es que el murciano ha pasado de ser el esperado a ser carne de banquillo.Y eso que no tardó en hacerse con la titularidad. Míchel le hizo sitio en el once después de haber apostado en la primera jornada por Fazio. En la segunda, el extécnico nervionense sustituyó al argentino en el descanso y Botía entró en su lugar. El murciano fue titular en seis de las siete jornadas posteriores. Tras jugar 65 minutos en la novena, frente al Zaragoza, perdió su privilegio.
Botía estuvo luego tres jornadas sin jugar, reapareciendo en la decimotercera (visita al Calderón) para reestructurar al equipo tras la expulsión de Fazio a los 25 minutos de juego. La correspondiente sanción del bonaerense permitió al exsportinguista ser titular ante el Valladolid, pero luego Míchel volvió a sentarle en el banquillo. Botía no participó en los partidos de Liga contra Espanyol y Málaga, aunque luego volvió a jugar de inicio ante la Real en Anoeta y, más tarde, en Getafe. Precisamente, el choque del Coliseum es el único de Liga que ha disputado Botía con Emery. El nuevo técnico le dio minutos en la ida de cuartos ante el Zaragoza y luego en la de semifinales contra el Atlético de Madrid. O lo que es lo mismo: la situación de Botía es parecida e incluso peor que con Míchel, ya que el técnico vasco apuesta por Fazio y Spahic; al menos, por el momento.
Su futuro. Botía firmó un contrato de cinco temporadas en virtud del cual el Sevilla es dueño de sus derechos federativos. Si el zaguero disputa 30 partidos oficiales, el club de Nervión tendría que comprar el 50% de sus derechos económicos a Doyen Sports por 2,5 millones de euros. Hasta la fecha, Botía lleva disputados 17 encuentros (11 de Liga y 6 de Copa) y, en caso de que el equipo alcance la final, tendría como máximo la posibilidad de jugar otros 17 (15 de Liga y 2 del torneo del KO).
Si, por el contrario, Botía no alcanza esos 30 partidos, el Sevilla guarda una opción de compra que podría ejecutar. En cualquier caso, si llega una oferta de 8 millones de euros o superior, estaría obligado a vender al jugador (derechos federativos) o a comprar el 50% de los económicos. Según dijo Del Nido en su día, el Sevilla no ha pagado nada por él. Por tanto, teóricamente es ajeno a aquella intención del Barcelona -club de origen del central- de reclamar un porcentaje de la venta realizada por el Sporting.
