Cultura

Caballero Bonald vino a ensalzar a Mairena y acabó ofendiendo a Silverio

El congreso que conmemora el centenario del nacimiento del cantaor flamenco arrancó ayer con una ponencia de Caballero Bonald, precedida de cerca de una hora de discursos

el 28 oct 2009 / 21:30 h.

La apertura del Congreso conmemorativo del centenario del nacimiento de Antonio Mairena, que tuvo lugar en la mañana de ayer en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla, organizado por la Junta de Andalucía, quedará como un hito histórico del flamenco, aunque empañado en parte por la lamentable conferencia que ofreció el conocido escritor jerezano José Manuel Caballero Bonald.

El Paraninfo se llenó y, aunque no hubo apenas artistas -José el de la Tomasa, Curro Fernández, José de la Mena y Nano de Jerez, que viéramos nosotros-, el ambiente era magnífico. Digamos que estuvo a la altura de lo que Mairena representó y representa en el flamenco.

Como suele ser normal en los actos institucionales en honor del maestro, estuvieron presentes la mayoría de los representantes de los poderes fácticos del mairenismo. No faltaron la consejera de Cultura, el alcalde de Mairena, el presidente de la Fundación Mairena, la Fundación Machado, la Federación de Peñas Flamencas de Sevilla, la Asociación Presencia Gitana, la Agencia Andaluza del Flamenco, algunas peñas de la capital y la provincia, críticos e informadores y un buen puñado de aficionados anónimos.
Se habló bastante del homenajeado, o sea, de Antonio Mairena. Se puede decir que cuando le tocó el turno al conferenciante llevábamos ya cerca de una hora de discursos, aburridos la mayoría de ellos, exceptuando el de Juan Manuel Suárez Japón, rector de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) y responsable de este congreso flamenco. el pan y la sal. Suárez Japón destacó diversos aspectos de Antonio Mairena, como su aportación a la dignificación del arte flamenco y su responsabilidad en el acercamiento de nuestro arte a la Universidad.

Y a pesar de su vieja y conocida militancia mairenista, dijo que en ocasiones ha sido llamativo el desmedido apasionamiento por Antonio Mairena, lo que no justifica a los que "ahora le niegan el pan y la sal". Aplaudimos sin reservas tan acertada y valiente observación.

La verdad es que no entendíamos que se hablara tanto de Antonio Mairena, de su obra y su vida, cuando el que tenía que hablar era José Manuel Cabellero Bonald. Lo decimos porque la consejera de Cultura nos ofreció otra conferencia sobre Mairena, la misma de siempre. Y cuando todo indicaba que le había llegado la hora al escritor jerezano, el Rector de la Universidad de Sevilla nos ofreció otra charla sobre las cualidades de Antonio Mairena.

Nos quedaba la presentación del conferenciante, que corrió a cargo del director de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco, Francisco Perujo, que está en todas partes, lo que demuestra que es un gran trabajador. Caballero Bonald no necesita mucha presentación pero Perujo le hizo una introducción brillante y, por fin, el autor de Luces y sombras del Flamenco comenzó a leer su larga charla sobre Antonio Mairena, que esperábamos con impaciencia.

José Manuel Caballero Bonald no dijo nada nuevo, porque se le paró el reloj flamenco hace algunas décadas y apenas ha aprendido nada en estos años de alejamiento del cante gitano-andaluz, como él llama al cante flamenco, emulando a Mairena. Tampoco esperábamos gran cosa. En algunos momentos de su alocución llegamos a pensar que se iba a sincerar consigo mismo y nos iba a sorprender con algunas críticas al creador del mairenismo, pero cada vez que apuntaba en esa dirección hacía un paréntesis para justificarse, como temiéndole al apostolado mairenista, situado en la primera fila.

Llegó a decir que tenía sus dudas de que los viejos gitanos hubieran sido sinceros con Mairena cuando le transmitieron esa información que el maestro utilizó en su beneficio. "¿Quién puede asegurar que la seguiriya de El Loco Mateo, que todos conocemos, era en realidad creación del cantaor jerezano?", se preguntó Caballero. Con toda la razón, desde luego.

Pero donde mete la pata el prestigioso escritor -que no flamencólogo-, es cuando nombra a los dos únicos cantaores no gitanos que citó en su charla: Silverio Franconetti y Antonio Chacón. Y, sobre todo, cuando se refirió a la Niña de los Peines como "la mujer de Pepe Pinto".

De Silverio y Chacón dijo que eran dos cantaores que hicieron "un flamenco andaluzado", en tono despectivo. No catalanizado o afrancesado, sino "andaluzado". ¿Cómo se puede consentir que venga este señor a la Universidad de Sevilla a faltarle al respeto a dos grandes figuras, como fueron Silverio y Chacón?

Y todo porque no fueron gitanos, aunque elevaran a la categoría de arte el cante andaluz, flamenco, gitano o jondo. Esto sólo lo puede decir alguien que no sabe de la misa la mitad, o al que sólo le interesa el cante que le gusta. Lamentable.

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