La aprobación popular del presidente boliviano, Evo Morales, cayó del 62 por ciento en octubre pasado al 52 por ciento en noviembre, según una encuesta difundida por el diario paceño La Razón.
Es el nivel más bajo que ha tenido el mandatario desde que comenzó su gobierno en enero de 2006, casi 30 puntos menos que el récord de 81 por ciento que consiguió tras nacionalizar los hidrocarburos en mayo de ese año.
El 42 por ciento de los bolivianos desaprueba a Morales y hay un seis por ciento de encuestados que no opina o es indiferente, según el sondeo elaborado del 12 al 18 de este mes por Ipsos Apoyo, Opinión y Mercado, que consultó a 1.022 personas en las cuatro principales ciudades de Bolivia.
Morales tiene su mayor fuerza en la ciudad andina de El Alto, la más pobre del país (82%), y en la aledaña La Paz (72%), un apoyo medio en la central Cochabamba (50%) y escaso en la oriental y rica Santa Cruz (23%).
La merma del apoyo a Morales es previa a los disturbios en Sucre, capital oficial de Bolivia, que causaran tres muertos y 300 heridos, a raíz de la decisión de sus partidarios en la Constituyente de aprobar su proyecto de nueva Carta Magna en ausencia de la oposición.
Solo 136 oficialistas, de 255 constituyentes elegidos en 2006, votaron el sábado pasado en primera instancia a favor de ese proyecto, a mano alzada, sin comprobar el sufragio y sin siquiera leer el texto.
Al vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, le apoya el 52 por ciento de los bolivianos y le reprueba el 43 por ciento, según la encuesta de Ipsos.
