El último trimestre de 2009, periodo en el que se actualiza la tasación del valor de los activos que poseen las cajas de ahorros, hizo aflorar los números rojos en buena parte de las cajas españolas, si bien sólo dos, la intervenida Caja Castilla-La Mancha (CCM) y la cordobesa Cajasur fueron las que cerraron el ejercicio con la losa de resultados negativos sobre sus espaldas.
Es más, Cajasur, con pérdidas de 596,33 millones, se colocó como el farolillo rojo de las cajas, al superar a CCM, que se anotó 566,43 millones de números rojos, de manera que distorsionó el tradicional balance anual de las cinco cajas andaluzas. Las cuatro restantes -Unicaja, Cajasol, Caja Granada y Caja de Jaén- experimentaron descensos en sus beneficios netos, si bien el más acusado se lo apuntó la entidad granadina, con un retroceso del 44%.
El descenso generalizado de resultados en las cajas provocó al cierre del año un cambio de posiciones en el tradicional ranking por ganancias que benefició a Cajasol, que avanzó dos puestos (a la duodécima plaza), así como a Caja Granada, que mejoró un lugar, y a Caja de Jaén, que ganó tres posiciones. Por su parte, Unicaja se mantuvo en el sexto lugar, superando los 200 millones de ganancias netas.
El sector de las cajas -45 entidades lo integran- obtuvo un beneficio consolidado de 3.774,7 millones de euros el año pasado, con un retroceso del 41%.
La política de prudencia y el deterioro de los activos de las cajas andaluzas -al igual que en el resto- se impusieron en sus balances anuales, de modo que el conjunto de las provisiones -ese saco para responder ante eventuales riesgos de impago- continuó con el crecimiento prácticamente exponencial registrado en 2008, en el que este colchón creció un 88,75% frente al ejercicio anterior, para colocarse en los 698,57 millones.
Así pues, en 2009, el dinero reservado a dotaciones y provisiones aumentó un 85,22%, y ascendió hasta los 1.293,91 millones, según los datos aportados ayer por la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA).
La evolución de la actividad de las cajas regionales se reflejó además en los dos principales indicadores que muestran su negocio tradicional, como son la concesión de créditos y la captación de recursos de los clientes, de manera que en el primer caso el grifo crediticio cayó un 4,65% en el conjunto del año, hasta los 69.612,36 millones, con descensos en las cinco entidades, mientras que los depósitos se redujeron un 2,12%, hasta los 68.193 millones gestionados.
La cartera empresarial de Unicaja, Cajasol, Cajasur, Caja Granada y Caja de Jaén aguantó el tipo en 2009, año marcado por una fuerte recuperación de la bolsa, de manera que su valor se situó en 3.083,93 millones, el 3,7% inferior al de 2008, cuando se descalabró el 33,6%. Unicaja (1.549,75 millones) y Cajasol (945,95) concentraron la mayor parte.
MÁS FUSIONES. En el contexto del proceso de integraciones emprendido por el sector, el Banco de España aprobó ayer los planes presentados por las catalanas (Caixa Catalunya, Manresa y Tarragona, por un lado, y Caixa Manlleu, Sabadell y Terrasa, por otro) y el de las castellanoleonesas Caja Duero y Caja España.
Los sindicatos instan a depurar responsabilidades
Los sindicatos Aspromonte y CCOO coincidieron en pedir responsabilidades ante los resultados de la cordobesa. El presidente de Aspromonte, José Ignacio Torres, exigió "que se depuren responsabilidades a todos los niveles".
El consejo de administración de la caja aprobó el miércoles las pérdidas y el relevo de la interventora, lo que calificó de medida "escasa".
Íñigo Vicente, secretario general de Comfia, criticó que se "intente eludir responsabilidades por parte de quienes son claramente responsables buscando una cabeza de turco", y consideró que la intervención del Banco de España "no es hipotética", sino "tan real que incluso algunos siguen lanzando la idea de que es mejor que una fusión".
