Economía

Cajasur y Unicaja retoman ‘a duras penas’ los trabajos para fusionarse

Gómez Sierra acepta exigencias de Medel y se encarrilan así las negociaciones

el 09 nov 2009 / 21:25 h.

Santiago Gómez Sierra en una imagen de archivo.

Una cuenta más en el rosario de la aurora. "No rompieron aunque poco avanzaron". Éste es el resumen de la fría reunión mantenida ayer por los presidentes de Cajasur y Unicaja, Santiago Gómez Sierra y Braulio Medel, respectivamente, para seguir negociando los ejes centrales de la fusión -ni a los pormenores de la operación se ha bajado aún- y limar las asperezas tras protagonizar ambas entidades financieras el tercer encontronazo desde que, el verano pasado, comenzara a fraguarse la operación.

En el encuentro de ayer, solamente tres conclusiones claras salieron a flote. La primera, que seguirán negociando, y esto es algo que se daba por seguro pues sobre la caja de ahorros cordobesa pesa la seria amenaza de intervención -quedar bajo custodia oficial- por el Banco de España. Segunda, la absoluta falta de sintonía que impera entre Medel y Gómez Sierra. Y, por último pero la cuestión más relevante, que el primero de estos ejecutivos se avino a aceptar que sigue todavía vigente, y por tanto habrá de aplicarse, el plan de recorte laboral y de oficinas que la pasada primavera presentó al supervisor financiero, y cuya no ejecución fue una de las razones de la reciente discordia -la otra fue la paga distribuida por Cajasur a sus trabajadores el 30 de octubre con cargos a unos beneficios que, tal y como está la entidad y la crisis económica, difícilmente se van a cosechar-.

Fuentes oficiales de Cajasur y Unicaja guardaron ayer un férreo silencio. El mero hecho de que los contactos se mantengan sirvió a otras fuentes, éstas del sector financiero, para indicar que el encuentro había sido "constructivo" y de él, además, había surgido un proyecto "reforzado". Se habían abordado, dijeron, los pasos a dar tras la reforma de la Ley de Cajas de Ahorros aprobada por el Ejecutivo regional -que mañana por la tarde se convalidará en el pleno de la Cámara autonómica- y con la que el Cabildo de Córdoba, fundador de Cajasur, se garantizaba una mayor representatividad en los órganos de decisión de la caja unida.

A la cita con Medel, que se prolongó durante tres horas, acompañaron a Gómez Sierra dos hombres de su plena confianza y considerados del núcleo duro -Santiago Cabezas, ahora director adjunto para la fusión, y José Rafael Rich, director de la Obra Social-, pero también el director general, Antonio Barral. Y la presencia de este último, según fuentes conocedoras de las negociaciones, "es muy significativa", habida cuenta de que ha marcado distancias con la presidencia de la entidad, y es un directivo proclive a avanzar en la fusión.

Así, otras fuentes internas de la caja cordobesa se lamentaban ayer de que "cada día que pasa sin avanzar en la negociación juega a favor de Unicaja y en contra de Cajasur. Una afronta este proceso con normalidad, la otra con urgencia".
No en vano, la entidad presidida por Gómez Sierra no ha publicado aún las cuentas (balance y resultados) correspondientes al tercer trimestre de 2009, pero en la caja de ahorros se trabaja con dos escenarios. El primero, cerrar con números negros (beneficios) los nueves primeros meses de este año -"serán muy escasos, aunque con ellos nos podemos dar con un canto en los dientes"- y pérdidas, también leves, para acabar el conjunto del ejercicio.

Pero aquí hay un matiz. La entidad, detallan las fuentes, mantiene una buena evolución de los márgenes que miden el negocio típico bancario (el de intereses y el bruto), pero al final el beneficio se lo comen por entero las provisiones por el deterioro de activos (morosidad, créditos fallidos, quedarse con pisos como pago de deudas, etcétera). "Por tanto la capacidad de generar recursos está intacta".

La semana pasada, cuando se desató el nuevo encontronazo, en Cajasur explicaban que el plan de ajuste de red comercial (cierre de 54 sucursales) y plantilla (el 10% de la actual, en torno a 300 trabajadores) ya no tenía validez -ni siquiera una tercera parte se ha ejecutado- tras el protocolo de fusión con Unicaja, que obligaba a concebir otro. Pero esa estrategia la aprobó el consejo de administración de la entidad cordobesa, y ayer, y por exigencias de Medel, Santiago Gómez Sierra habría accedido a aplicarlo, además de abstenerse de acordar con los sindicatos más adelantos -como el que se abonó a finales de octubre, de 1.100 euros para cada uno de sus 3.000 empleados- con cargo a beneficios futuros.

Por lo demás, al proceso de fusión le había salido la incógnita de los recursos económicos que aportará el Fondo de Garantía de Depósitos, pues la mayoría de los existentes lo absorberá la compra de Caja Castilla-La Mancha por Cajastur. Unicajasur necesita mil millones de euros, cantidad que aún se espera.

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