El técnico del Betis admitió en la rueda de prensa posterior al partido que «es un momento triste para todos los béticos, uno siempre pensaba que nos podíamos salvar, que hoy se confirme el descenso es triste porque sé cuál es el sentimiento de la gente». Se le preguntó al argentino si considera que debe seguir al frente del equipo el año que viene tras no lograr evitar que el equipo baje. «Nunca he pensado en mí. Si hubiese pensado en algo personal, no hubiese venido. No soy tonto, sabía cómo era la situación. Vine a dar la cara por un ser querido. Estoy muriendo y viviendo con ello. Me hacía más feliz venir y ayudar que mirarlo desde fuera», y dejó claro que «esto es el reflejo de un año muy malo en todos los sentidos, hoy más que nunca es necesario que el beticismo se una y pensar en hacer un equipo a la altura de la afición, hay muchas críticas destructivas en contra del propio Betis. La afición demostró hoy una vez más que son extraordinarios y trataron de animar a pesar de todo».
Entiende que ha aportado algo desde su llegada. «Me costó recuperar al equipo cuatro partidos, y a partir de ahí hemos sido muy competitivos hasta el día del Rayo Vallecano. Hoy a pesar de la losa los jugadores dieron la cara, no era fácil ante un gran equipo. Hemos dado la sensación de poder ganar a cualquiera, pero primero por nuestros errores y después por otros que se nos escapan terminamos por meternos abajo, la crueldad vino toda junta».
«El vestuario está muy tocado, todo lo que se pensó se concreta y es muy triste, animaremos a los jugadoers hasta el final porque tenemos la obligación de representar a un gran club, y no hay excusa para estar al nivel en cada partido».
