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Calor sin terrazas de verano

La época de las terrazas de verano en Alcalá de Guadaíra quedó atrás. Lugares como el Ruedo o Los Chiringuitos han pasado a ser historia. Todo se debe a la normativa vigente, que impone un estricto horario de cierre y prohíbe cualquier tipo de música.

el 15 sep 2009 / 08:53 h.

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La época de las terrazas de verano en Alcalá de Guadaíra quedó atrás. Lugares como el Ruedo o Los Chiringuitos han pasado a ser historia. Todo se debe a la normativa vigente, que impone un estricto horario de cierre y prohíbe cualquier tipo de música.

Cualquier bar de la ciudad que quiera abrir una terraza de verano deberá hacerlo sin música y su horario de cierre no podrá sobrepasar las 2.00 horas durante todos los días de la semana. La normativa incluye a los establecimientos que sirven comidas y bebidas en veladores (debidamente autorizados con una licencia independiente del Ayuntamiento de Alcalá de Guadaíra) que también tienen que cumplir estos preceptos.

Fuentes municipales explicaron ayer que esta normativa "sigue los parámetros impuestos por la Junta de Andalucía" y veta expresamente que se ponga música al aire libre, sea cual sea la actividad, con la excepción de conciertos o fiestas populares debidamente autorizadas, como es el caso de las verbenas.

De este modo, se estipula que sólo podrán tener sonido las discotecas que, además, deberán estar siempre "emplazadas en establecimientos fijos, cerrados e independientes". De la misma manera, el público deberá ser mayor de 16 años y el sonido no podrá sobrepasar un límite medido desde el interior de la pista de baile del establecimiento.

La estricta normativa ha generado más de una protesta, especialmente estas semanas, cuando con el intenso calor apetece salir a la calle a tomar algo bastante más tarde. Y es que la normativa impone el cese de la música a horas determinadas y horarios de cierre muy estrictos que, en general, no agradan ni a clientes ni a empresarios.

La opción de las mesas en la calle se reduce a los que tengan permiso para ello y lugar suficiente para ubicarlas. Con ello, quedan pocos lugares en los que todavía tomar algo en la calle. Es el caso del Bar Mario, ubicado junto a la calle Silos; de La Biblioteca, en el Paraíso; o el de Florida, en la Almazara, que cuentan con amplias terrazas de verano para colocar mesas alejadas del tráfico. Y poco más.

Para el resto de los comercios dedicados a la hostelería en la ciudad quedan pocas alternativas. En cualquier caso, un ejemplo novedoso en la ciudad es el quiosco del parque Centro, cuya oferta se enfoca hacia un público más maduro, trabajadores con un poder adquisitivo medio y familias con niños.

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