Economía

Cosecha eléctrica en invernaderos

El abanico de posibilidades empresariales que abren las energías renovables es inmenso. Un ejemplo de ello es Solmeraya, una firma almeriense con socio sevillano que comercializa paneles fotovoltaicos flexibles, adaptados a las necesidades del sector agrícola, y que se pueden colocar en invernaderos.

el 16 sep 2009 / 00:18 h.

El abanico de posibilidades empresariales que abren las energías renovables es inmenso. Un ejemplo de ello es Solmeraya, una firma almeriense con socio sevillano que comercializa paneles fotovoltaicos flexibles, adaptados a las necesidades del sector agrícola, y que se pueden colocar en invernaderos.

El sol es una fuente de energía inagotable, sobre todo en el sur de España. Esto, unido a la proliferación de plásticos para la agricultura en la comunidad andaluza, sobre todo en el Poniente, ha llevado a la empresa almeriense Solmeraya a poner en marcha unos módulos fotovoltaicos que se adaptan a los invernaderos y que, además, sirven para el recubrimiento de las balsas de riego. Con ello, sus clientes se ahorran el coste de energía y logran unos ingresos adicionales por la venta de electricidad de entre el 25% y el 30% de las ventas brutas del invernadero.

"Por ahora no hay nadie en España que venda esta tecnología, porque los que tenemos la patente somos nosotros únicamente", señala Leyre Gavela, encargada comercial de la empresa y que comparte responsabilidad con el empresario sevillano José Antonio Navarro (consejero delegado) y con el presidente de la firma, Enrique Myro.

Los paneles de Solmeraya, de base tecnológica, tienen dos peculiaridades que lo distinguen de los otros que se comercializan en el mercado. Por un lado, son flexibles, de modo que se adaptan a cualquier cubierta sea plana o curva. Por otro, son ligeros, "con un peso diez veces menor que que las placas rígidas, por lo que tiene más aplicaciones", señala la responsable comercial.

Esta tecnología proviene de Japón y Suiza (la primera es más cara pero más productiva, todo depende de las posibilidades del cliente). En cuanto a su aplicación, sólo cubriendo con módulos el 10% de la superficie o de los espacios improductivos de una explotación se genera energía eléctrica "sin afectar a la producción del invernadero". En lo que se refiere a la cubierta de balsas de riego, su aplicación tiene, según Gavela, otros objetivos: evitar la evaporación de agua y su exposición al sol (para que no proliferen algas) y la generación de energía eléctrica fotovoltaica aprovechando la superficie cubierta.

Por el momento, el ámbito de actuación de la empresa será el mercado español, sobre todo las zonas más susceptibles de poder aplicar esta tecnología, "como es el caso del sur del país". De este modo, además de Almería, hay otras provincias que ya utilizan los módulos de Solmeraya, como Sevilla, Madrid o Ciudad Real.

"El objetivo de esta empresa es poner a disposición del sector agrícola, concretamente en manos de la agricultura intensiva, una gama de productos fotovoltaicos que puedan utilizarse en las superficies pasivas de sus instalaciones gracias a sus características", destacan fuentes de la compañía almeriense.

Asimismo, permite al agricultor español tener una fuente adicional de ingresos en un sector que experimenta fuertes fluctuaciones, como es el de los productos hortofrutícolas, "además de satisfacer los objetivos planteados por el Gobierno español y las directrices europeas de alcanzar determinadas cotas de producción de las energías renovables".

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