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Dos años sin anular la condena a Blas Infante

El Parlamento en pleno aprobó en 2007 pedir al Tribunal Supremo, en virtud de la Ley de Memoria Histórica, que se revisala la condena por "traidor a la patria" que el Franquismo endosó a Blas Infante. Dos años después, la Junta no ha procedido a hacer esta petición, lo que ha generado las críticas de los nacionalistas.

el 16 sep 2009 / 06:52 h.

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El 73 aniversario de la muerte de Blas Infante tendrá actos de homenaje de todos los partidos políticos, pero lo harán por separado y escenificando la confrontación mutua que les inspira el padre de la patria andaluza. Mañana lo harán las fuerzas minoritarias que representan el nacionalismo y que no votaron la reforma del Estatuto andaluz: PA, CUT, PSA, BNA, Juventudes Andalucistas, Nación Andaluza y el Sindicato Andaluz de Trabajadores. Y el lunes, día de su fusilamiento, habrá un acto institucional en el Parlamento, al que acudirán PSOE, PP e IU.

Los nacionalistas acusaron ayer al Gobierno de "instrumentalizar la memoria de Blas Infante con fines políticos". Juan Manuel Sánchez Gordillo, del CUT, llegó a decir que "Chaves y Griñán fusilaron a Blas Infante", quejándose de las cesiones que la Junta había hecho con el Estatuto, la Deuda Histórica, la Reforma Agraria o la financiación autonómica. También el PP reprochó al PSOE no haber querido celebrar un Pleno extraordinario sobre Blas Infante. IU se descolgó pidiendo la creación de un premio con su nombre, similar a las Medallas de Andalucía.

De todos los reproches, el más concreto fue uno de los nacionalistas: en 2007, a poco de aprobarse en el Congreso la Ley de la Memoria Histórica, el PA e IU presentaron una proposición no de ley para que el Parlamento andaluz instara a la Junta a elevar un recurso ante el Tribunal Supremo para que revisara la condena a muerte de Blas Infante. Todos los partidos votaron que sí, pero dos años después la Junta aún no lo ha hecho.

Blas Infante fue tiroteado la madrugada del 11 de agosto de 1936 por los fascistas. Tres años después, Franco aprobó una ley para juzgar a los "traidores a la patria", e Infante fue juzgado en ausencia ante un tribunal de responsabilidad política. Le condenaron a muerte y su familia tuvo que pagar una multa. Irónicamente, su fusilamiento se usó como prueba de que había sido un traidor. Esa sentencia a muerte es la que el Supremo debería anular de pleno derecho, según reclamaron los andalucistas.

El Alto Tribunal ya lo hizo, a petición de los catalanes, con la condena de Lluis Companys, presidente de la Generalitat. El nieto de Infante, Estanislao Naranjo, dijo que la figura de su abuelo "no era sólo romántica".

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