El colegiado Manuel Montane Rodríguez fue brutalmente agredido durante el transcurso del encuentro Betis-Cerro de Preferente juvenil celebrado en el estadio Guadiamar de Benacazón. Montane tuvo que ser hospitalizado a consecuencia de las heridas que recibió en la cabeza. Afortunadamente, se encuentra fuera de peligro.
El partido, en el que jugaba de local el tercer equipo de juveniles del Real Betis, se desarrollaba en Benacazón y todo explotó a comienzos de la segunda mitad, cuando el colegiado Montane Rodríguez expulsó a un jugador del Cerro en el minuto cinco de la reanudación y tras decretar un penalti. En el saque de centro tras el gol, otro jugador del Cerro insultó al colegiado, que lo expulsó. En ese momento, este futbolista, acompañado del que había sido expulsado antes y otro más iniciaron una salvaje agresión contra el árbitro, que cayó al suelo y recibió todo tipo de patadas en el pecho y la cabeza por parte de estos tres jugadores que han sido ya identificados por la Guardia Civil gracias a la colaboración de los delegados de los dos equipos, incluido el propio Cerro.
El colegiado fue trasladado al vestuario mareado y muy aturdido, siendo atendido por el ATS del equipo local, el Real Betis.
Rápidamente se llamó a una ambulancia del 061, que trasladó al árbitro al hospital San Juan de Dios, en Bormujos. Allí ingresó en la unidad de observación, donde fue sedado y se le realizó un TAC y una radiografía. Montane Rodríguez presentaba una brecha en la ceja, golpes en el pómulo y un ojo muy dañado, descartándose en una primera exploración que tuviera rota alguna costilla, aunque sí se atisbó un aplastamiento en la zona. Su aspecto, según testigos presenciales, era lamentable, aunque estaba fuera de peligro. Los servicios médicos decretaron que el colegiado estuviera al menos 24 horas hospitalizado. Testigos de la agresión han destacado a este medio que fueron tres los jugadores del Cerro los que se cebaron con el árbitro y alabaron la actuación del resto de futbolistas de los dos equipos y ambos entrenadores y delegados, que corrieron al centro del campo para detener la salvaje agresión de la que fue objeto Manuel Montane Rodríguez.
