Tito Vilanova conversa con Messi delante del delegado de campo, Carlos Naval (Marcamedia).
Tras el fiasco ante el Bayern al Barça solo le queda amarrar la Liga cuanto antes y para eso necesita de forma imperiosa ganar el domingo al Betis o el panorama se le puede complicar una barbaridad. Eso lo sabe Tito Vilanova y es por ello que el miércoles decidió no forzar a Leo Messi en el partido de vuelta de las semifinales ante el Bayern, pues el crack argentino anda tocado desde la ida de los cuartos de Champions ante el PSG en el biceps femoral y su concurso aun se antoja necesario para entonar el alirón liguero. Y es que el Barça, pese a sus 11 puntos de ventaja, puede verse con el Madrid solo ¡¡a dos!! en apenas una semana si no gana al Betis ni lo hace luego en el Vicente Calderón. La remontada ante el Bayern, tras el 4-0 de la ida, estaba prácticamente imposible, así que Vilanova decidió reservar a Messi de inicio y solo pensaba tirar de él si sus compañeros eran capaces de cobrar ventaja y atisbar el milagro. Pero tras el 0-1 de Robben (0-5) al comienzo de la segunda parte todas las esperanzas de dar la vuelta a la eliminatoria se fueron al garete. Así que Messi vio todo el partido desde el banquillo, al que poco después del 0-1 también fueron Xavi e Iniesta, en una clara apuesta del técnico por reservar gente de cara al domingo.
Ayer la primera plantilla azulgrana gozaba de jornada de descanso, pero pese a ello Leo Messi acudió a la ciudad deportiva a entrenarse en solitario con la idea de llegar en las mejores condiciones posibles al choque del domingo ante el Betis.
Del alirón al canguelo. El Barça pudo cantar el alirón en San Mamés el pasado sábado, pero un gol en el último de Ander Herrera (2-2) acabó con las expectativas azulgranas, pues encima luego el Madrid con los suplentes se impuso a los titulares del Atlético en el Vicente Calderón. Los 13 puntos de ventaja se vieron reducidos a 11 y cuando el domingo a las 21.00 horas arranque el choque ante el Betis en el Camp Nou pueden ser solo 8, pues el Madrid recibe el día antes al Valladolid en el Bernabéu y será difícil que se le escape el triunfo. De ganar los merengues el sábado, el Barça no tendría posibilidad alguna de cantar el alirón ante los verdiblancos, a quienes de todos modos estaría obligado a ganar para evitar sorpresas de última hora.
Y es que si el Barça no gana al Betis puede verse con el Madrid pisándole los talones en cuestión de días, pues el miércoles 8 hay un Madrid-Málaga adelantado por la final de Copa, como el Celta-Atlético, así que los de Mou podrían ponerse a 5 puntos de los culés antes del Atlético-Barça del domingo siguiente, en el que los madridistas visitan al Espanyol en un doble duelo madrileño-barcelonés cargado de morbo. El caso es que si el Barça no gana al Betis y pierde en el Calderón al domingo siguiente podría ver reducida su ventaja de 11 a 2/3 puntos en una semana y con el goal-average perdido, por lo que el pánico haría sin lugar a dudas su aparición pese a gozar de un partido más por disputar.
De ahí la prudencia de Tito al reservar a Messi el miércoles para el partido del domingo ante el Betis, pues la Liga, pese a los once puntos de ventaja, no está para nada sentenciada todavía. Ganando al Betis, eso sí, los azulgrana podrían ser campeones antes de visitar el domingo 12 el Vicente Calderón. Bastaría que el Madrid pinchara en casa ante el Málaga el miércoles 8 en el Bernabéu, lo que automáticamente haría al Barça campeón de Liga sin jugar esa jornada. Y a todo esto, el Betis necesita al menos un punto para garantizar que no le bajen de la séptima plaza.
