Un teatro reservado durante tres semanas a partir de enero y ninguna propuesta escénica. Así se ha visto la Consejería de Cultura hasta la pasada semana, cuando decidió, ante la inminencia de la fecha -14 de enero-, reponer una pequeña obra de teatro, El rey de Algeciras, ganadora en 2003 del Premio Romero Esteo para jóvenes dramaturgos, en sustitución de la gran producción que tiene comprometida anualmente.
Recuerden In Nomine Dei, millonaria superproducción basada en un texto de José Saramago (enero de 2008); o El deseo (atrapado por la cola), la primera obra dramática escrita por Pablo Ruiz Picasso, coproducida con gran acierto con la compañía sevillana Teatro del Velador (enero 2007); o también, más lejana en el recuerdo y de resultados más irregulares, Federico, un drama social, miscelánea teatral sobre el poeta de Fuentevaqueros (enero 2006).
Así podríamos seguir hasta 15 años atrás. Cada temporada, un estreno teatral para el que la Consejería de Cultura se reserva, puntualmente, cada mes de enero, tres semanas en el Teatro Central de Sevilla; espacio de tiempo similar que ocupa posteriormente en los teatros que posee en Málaga (Teatro Cánovas) y Granada (Teatro Alhambra). Pues bien, el próximo 14 de enero, los espectadores del Central tendrán que conformarse con la reposición de un pequeño texto teatral, El rey de Algeciras, que ya se escenificó en este mismo espacio el último trimestre de 2003, y que entonces tan sólo intentaba dar salida y premiar a los jóvenes creadores andaluces. Esta solución de última hora -que tendrá el desmesurado e insólito lujo de ocupar un teatro de primera durante tres semanas- se ha convertido en la apuesta teatral de este año de la Consejería de Cultura después de que desavenencias internas en el Centro Andaluz de Teatro (CAT) hayan dejado a los andaluces sin el estreno comprometido.
Según fuentes de la Consejería de Cultura, los apresurados ensayos darán comienzo hoy mismo en Sevilla, e intentarán volver a poner en pie esta obra que dirigió en su momento Julio Fraga y que contó con un reparto encabezado por el televisivo Juan Manuel Seda (Yo soy Bea). El rey de Algeciras, una obra del jovencísimo dramaturgo malagueño Juan Alberto Salvatierra, es una cruda visión de la inmigración que incluye, según explicó entonces el propio autor, "tres registros dramáticos que se complementan: la comedia, el realismo sucio y el teatro simbólico para contar la dura situación de los inmigrantes en una ciudad como Algeciras, la Puerta de Europa".
A pesar de que los ensayos den comienzo hoy mismo, la Consejería de Cultura no ha querido revelar si el reparto, la dirección y la producción del espectáculo será la misma que en 2003, toda vez que está a la espera de que sea la propia consejera, Rosa Torres, la que haga pública la programación del CAT para esta temporada que, según insisten fuentes de la Consejería, "incluirá cuatro nuevas producciones, cursos formativos y otras sorpresas muy potentes".
<b<José Luis Castro. Lo más flagrante del caso es que el director del CAT, Francisco Ortuño, ya había iniciado los trabajos para una nueva producción con un renombrado director de escena sevillano, José Luis Castro, a la sazón ex director del Teatro de la Maestranza de Sevilla, para que pusiera en escena una de las obras del desconocido autor andaluz del Siglo de Oro Antonio Mira de Amescua.
Fuentes consultadas por este periódico apuntan a las discrepancias entre la política de Ortuño de desempolvar clásicos andaluces y la visión más comercial de Cultura como el motivo más importante por el que se ha caído esta propuesta que habría supuesto el esperado -y merecido- reencuentro de Castro con el teatro andaluz.
