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El cerco policial a los gorrillas se salda con un arresto por agresión

La víctima estaba sentada con otros familiares en un banco de la avenida Doctor Fedriani

el 05 sep 2011 / 14:04 h.

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Un gorrilla indicando un sitio libre para aparcar el coche, en el barrio de Bami.

La guerra declarada contra los gorrillas por el Ayuntamiento de Juan Ignacio Zoido se saldó ayer con un aparcacoches ilegal detenido en la Macarena tras intentar agredir a un hombre con un cuchillo de grandes dimensiones.

Agentes de la Policía Local que patrullaban y controlaban a los gorrillas de la zona detuvieron y pusieron a disposición de las autoridades judiciales a un varón, de 30 años y nacionalidad extranjera, que ejerce como aparcacoches ilegal en el entorno de la avenida Doctor Fedriani por un intento de agresión a un hombre que descansaba junto unos familiares en un banco.

Según informó el Ayuntamiento, los hechos acaecieron durante la noche, cuando una dotación que patrullaba observó que se estaba produciendo un altercado protagonizado por uno de ellos. La víctima, también de nacionalidad extranjera, denunció los hechos a los agentes, que habían visto como el detenido se había deshecho de un objeto que resultó ser un cuchillo de 24 centímetros de longitud que fue recuperado.

Según las declaraciones de la víctima y varios testigos, "estaban reunidos en un banco de la calle cuando el gorrilla se aproximó a ellos increpando a todos los allí reunidos, quienes le pidieron que depusiera su actitud y abandonara el lugar". Así lo hizo, pero volvió unos instantes después "armado con un cuchillo con el que intentó agredir a uno de los presentes, que consiguió eludir el ataque".

El detenido, al que le constan ocho detenciones anteriores, fue trasladado a dependencias de la Policía Local, donde se le practicaron las correspondientes diligencias por un delito de homicidio en grado de tentativa que han sido remitidas a las autoridades judiciales.

En cuanto a la actuación municipal contra esta práctica ilegal, el alcalde quería que llovieran multas y así ha sido. Una semana después de que Juan Ignacio Zoido (PP) anunciara su particular cruzada contra los gorrillas, la Policía Local puso 35 denuncias a distintos aparcacoches que actuaban en varias zonas de la ciudad. Además del castigado barrio de Bami, Nervión, Macarena, Adriano o Reyes Católicos también han sido barridos por los agentes en cumplimiento de la ordenanza antivandálica de 2008, la norma municipal que estaba obsoleta y que Zoido pretende recuperar.

La visita del alcalde a la barriada de Bami del pasado sábado 27 de agosto fue el pistoletazo de salida a esta maratón de denuncias que han supuesto una media diaria de cinco multas de 120 euros cada una, según lo que establece la ordenanza. La subida es notoria puesto que se triplica la media de denuncias interpuestas durante el primer semestre de 2011, que se situaba en 1,3 al día. También se aleja bastante de las multas que los agentes ponían a los gorrillas durante el pasado año, hasta 429, lo que se tradujo en una media aún más baja, de 1,1 denuncias diarias.

Desde que se aprobara la ordenanza antivandálica en julio de 2008 bajo el mandato del socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, la tendencia a denunciar ha ido cayendo en picado al igual que la presencia policial en los barrios tradicionalmente afectados por los aparcacoches.

Ahora, la intención de Juan Ignacio Zoido es acosar a los gorrillas e incluso hacerles pagar las sanciones, si se declaran insolventes, con trabajos para la comunidad.

Lo cierto es que no son pocos los incidentes protagonizados por los aparcacoches ilegales. Después del anuncio de Zoido de su "tolerancia cero" con los gorrilas y la instalación de bolardos en Bami, la presidenta de la asociación de vecinos Bami Unido, Laura Baños, denunció daños en su coche, hecho que condenó el propio alcalde.

A finales de 2009, un sector de vecinos de la barriada de Nervión, residentes de las inmediaciones de la Avenida de la Buhaira y del edificio Viapol, solicitaron la actuación inmediata de la Policía Local ante el aumento de los gorrillas y el repunte de los actos vandálicos protagonizados por ellos, un hecho que no era nuevo en otras zonas de la ciudad como la Macarena.

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