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El gusto es gratis

Esta noche, tapita de queso y vinito de balde en la calle Zaragoza. Es la degustación semanal de una tienda que apuesta por esta forma de promoción.

el 16 mar 2011 / 20:10 h.

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Bajando por Reyes Católicos hay dos opciones para llegar hasta Plaza Nueva: seguir hasta la Magdalena, o girar a la derecha en la calle Zaragoza, depende de las ganas de andar. Si escogen el segundo camino se toparán hoy con una tienda de bote en bote. "¿Qué pasa aquí, si esto es una tienda de quesos?" Y el cartel a la entrada les iluminará: Todos los jueves a partir de las 20:00, cata de queso y vino gratuita.

Cuántas veces habrán dicho esa expresión de te la van a dar con queso. Se dice que antaño los vinateros manchegos ofrecían queso curado previamente a degustar el vino a los compradores: cualquier vino malo parece bueno, de ahí la expresión. Hoy que se sacan actividades de la manga acorde con las modernidades, probar un buen queso y un buen vino no resulta tan difícil, más aún si convidan a catas gratuitas como en esta tienda: La Casa de los Quesos.

Es un pequeño negocio que abrió hace poco más de cuatro meses y no es difícil adivinar a través de sus cristaleras cuál es su producto estrella: el queso. "Tenemos unos 150 quesos diferentes tanto nacionales como internacionales", cuenta Álvaro Muñoz dueño de la tienda. Además, tienen diferentes productos con los que cocinar y combinar los quesos: mermeladas, sales, pastas, y por supuesto, los vinos, de origen andaluz. Vinos que les fueron aconsejados por A2 Vino y Cultura, una cooperativa andaluza cuya "misión es la de que se conozcan los vinos andaluces, y que los andaluces conozcan los vinos de su tierra", afirma Antonio Sánchez. "Conocíamos La Casa de los Quesos desde hacía bastante tiempo, y tras asesorarles en los vinos a poner en venta, se nos ocurrió esta actividad" que a su vez servía para potenciar la tienda.

Y prácticamente desde la apertura de la quesería se vienen realizando. Es un ejemplo de maridaje -que viene del francés y significa matrimonio- , una palabra muy de moda. Se trata de encontrar el equilibrio en este caso entre el queso y el vino. Antonio explica que lo que proponen cada jueves es un ejercicio. "Hay días que nos sale bien y otros que no; se marida por contraste o similitud. Hay que maridar cosas muy diferentes o cosas muy iguales, pero luego eso está en el gusto de cada cual". Sobre la combinación de quesos y vinos no hay nada escrito.

Copa en mano todo el mundo -explican cómo hacerlo, tiene su porqué- y da comienzo la cata, previo apagado de las ruidosas neveras. Esta vez con un vino fino de Jerez y un queso de cabra con virutas de jamón serrano. ¿Por qué esta combinación? Creyeron que estos sabores tan comunes serían como combinar los de la feria: queso, jamón y Tío Pepe. "Lo hacemos a la vez que el público porque no queremos dirigirlo, sino enfrentarnos a la misma vez."

Primero, qué color tiene el vino. Segundo qué olor nos evoca: "A mi me huele a Chanel", saltó una señora provocando risas entre todos. "Díselo al bodeguero que estará encantado de que lo hayan comparado con Chanel". En el tercer paso, directo a la boca y "el primer buche lo vamos a saborear, a dejarlo en la boca", indica Antonio; hay que adivinar qué lleva el vino.

Ahora toca degustar el queso, pero un inciso: cómo atrae la palabra gratuita que, al verla en el cartel de la entrada, se cree uno que se va a hartar de queso. Y no es así. Apenas verán dos pedacitos del tamaño de un dedo índice. De las 15 personas que entraron, la mayoría era la primera vez que asistían a una cata, por lo que nadie sabía si es normal tal cantidad. Se podían lucir un poquito y poner una buena tajada. Vale que sea gratuita, peeero ya que abren un queso... Se huele, se le da un bocadito y, seguidamente, un buche de vino. Algunos coinciden en que "el queso ha cogido un camino y el vino otro, no se han molestado", y otros en que es "muy cremoso, demasiado pastoso para comerlo solo, y el vino un pelín fuerte y muy seco".

En las catas hay que ser capaces de expresar las sensaciones: no sólo decir "me gusta", sino el porqué y cuáles son las características del vino, y para ello van ayudando los expertos en la materia con algunas pistas. Para sorpresa de todos, entre los asistentes se encontraban tres expertas catadoras, tres riojanas. "Hacemos catas habitualmente en la Cofradía del Vino y diferencias no hemos apreciado porque aunque estamos acostumbradas a los tintos, más o menos se rigen por las mismas bases", comenta una de ellas. Y la amiga que la acompaña encantada se halla porque "ha sido muy agradable estar como en casa pero en Sevilla. Somos aficionadas al vino". También hubo opiniones extranjeras. Delphine, una chica francesa a la que le gustó mucho la experiencia de "intentar pensar de verdad qué nos evocan los olores", y no quiso hacer comparaciones entre los de cada país: "en Francia soy más aficionada al queso de cabra. El de ahora ha estado muy curioso porque tiene jamón y nunca lo había probado".

Además de disfrutar de la cata, podrán ser asesorados por la dependienta, Belén García. "Lo suyo es empezar con un queso suave y terminar con uno bien fuerte. Al queso le viene muy bien, sobre todo al de cabra, la mermelada, la miel, el membrillo..." y si quieren saber cómo cocinarlo, pregunten que obtendrán ricas respuestas.

Así que si les gusta el queso y el vino y quieren ir probando combinaciones sin tener que soltar una pasta por hacerlo, pasen por La Casa de los Quesos, pero recuerden que es una cata y no para ponerse púos gratis y salir medio cenados de la tienda.

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