Benedicto XVI ofició la séptima ceremonia de canonización de su pontificado, en la que proclamó también santos, a un arzobispo polaco y a una monja francesa. Francisco Coll y Guitart (1812-1875) fue un sacerdote de la Orden de los Frailes Predicadores (dominicos), misionero y fundador de la Congregación de las Dominicas de la Anunciación de la Beata Virgen María. Nació en Gombrén y falleció en Vic, ambas en la provincia de Gerona. Por su parte, Fray María Rafael Arnáiz Barón (1911-1938), religioso cisterciense, nació en Burgos y falleció en el monasterio de la Trapa de San Isidro de Dueñas (Palencia). Fue proclamado beato por el papa Juan Pablo II, "como modelo para todos los jóvenes del mundo", el 27 de septiembre de 1992.