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El parque del Alamillo crecerá un tercio al asumir 40 hectáreas más junto al río

Esta ampliación se culminará en octubre, coincidiendo con el 20 aniversario de que ya es pulmón de la ciudad. El proyecto comprende dos embarcaderos y reservará espacio para instalar un centenar de huertos urbanos.

el 22 abr 2013 / 09:00 h.

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Fernández Palomares, junto a los restos de un motor de explosión que serán puestos en valor. JOSÉ CARLOS CRUZ (ATESE) Fernández Palomares, junto a los restos de un motor de explosión que serán puestos en valor. JOSÉ CARLOS CRUZ (ATESE) El parque del Alamillo culminará a finales de año su ampliación, iniciada hace casi un lustro, abriéndose paso hacia el río Guadalquivir, poniendo en valor antiguas infraestructuras agrícolas que datan de los siglos XVIII y XIX y, por último, habilitando una zona junto al parque tecnológico Cartuja 93 para albergar un centenar de huertos urbanos. Ésta es la última revolución que sufrirá el parque, lo que permitirá que este pulmón verde de la ciudad crezca un 33% al incorporar 40 hectáreas más. Así, el pulmón verde de la capital hispalense, por el que transitan al año en torno al millón y medio de personas, alcanzará las 120 hectáreas, una superficie a la altura de grandes espacios nacionales como el parque del Retiro de Madrid. La conexión con la margen del río es una de las aspiraciones que tenía el parque desde que diseñó su ampliación, que tuvo un gran impulso en 2010, cuando se expandió con la incorporación del vivero y una zona de naranjales situada bajo el puente del Alamillo. Sin embargo, la crisis dejó la última fase del proyecto sin dinero para más. Tras casi tres años guardada en un cajón, la Consejería de Fomento y Vivienda decidió recuperar esta actuación que, pese a ser muy ambiciosa (un tercio del parque sería nuevo), supondría una operación rentable, ya que se acometería con un presupuesto de 451.300 euros. El proceso de licitación se ha abierto y a él han concurrido unas 20 empresas. Según detallaron desde Fomento y Vivienda, se espera que la adjudicación de los trabajos se produzca en verano. Una vez llegado a este punto, se ha fijado un plazo de ejecución de dos meses y medio, por lo que calculan que la tercera y última ampliación del recinto se culminará en octubre, coincidiendo con el 20 aniversario del parque del Alamillo. La ampliación se centra en una extensa zona de naranjales en la que ya se han realizado actuaciones puntuales, como resalta el director del parque del Alamillo, Adolfo Fernández Palomares. El espacio ya lo tenía en propiedad el parque y eso ha permitido que se realicen pequeñas obras, como el traslado de árboles del vivero para ser replantados en la zona en expansión hacia el río.Es el caso de unas palmeras que ya están dispuestas para delimitar uno de los caminos que conducirán a los visitantes desde la zona antigua del Alamillo hasta el río, con vistas al barrio de San Jerónimo. Pero faltaba una actuación de mayor envergadura que ya se ha desbloqueado al contar con las partidas presupuestarias. Así, se realizarán en estos terrenos tareas de acondicionamiento de los caminos y retirada de la maleza acumulada. La zona de expansión tratará de aportar un valor añadido al parque, como es el de promover los deportes náuticos. Para ello, se habilitarán dos embarcaderos para que puedan utilizarlos los clubes y asociaciones que suelen practicar deporte en el Guadalquivir. Al igual, se potenciará la práctica de la ornitología. La ampliación contempla el cerramiento de una estación, gestionada por el Grupo Ornitológico del Sur, que desde hace tiempo se encarga de anillar las aves que habitan en el parque para tener un censo aproximado. Ese cerramiento se producirá en una zona de transición entre la margen del río y los naranjales. Dentro de esta zona cerca del Guadalquivir también se intentará rescatar parte de la historia de estos suelos que, según la cartografía antigua, figuraban como zona de cultivo a extramuros de la ciudad. No en vano, se recuperarán infraestructuras agrarias de los siglos XVIII y XIX, entre las que destacan dos antiguas norias de agua, tramos de acequias, un acueducto, una alberca, pozos y un antiguo edificio agrícola. Fernández Palomares no descarta la opción de contar con voluntarios –que hay muchos en pro del parque– para que hagan de cicerones sobre los orígenes de estos vestigios y la importancia para el desarrollo de las tareas agrícolas. Y es que los restos encontrados son testigos de la evolución experimentada por la agricultura en el siglo XX, cuando se da el tránsito de la noria movida por caballerías al motor de explosión y después al eléctrico, lo que permitió disponer cada vez de más agua. Hortalizas en la Cartuja El río no será el único lugar de expansión. El Alamillo también se extenderá más allá de su puente y tomará terrenos de naranjales situados junto al hotel Barceló Renacimiento. Esa zona, de una hectárea de superficie, se reservará para huertos urbanos. Tendrá capacidad para 103 huertos, 80 de ellos de 70 metros cuadrados para el cultivo de hortalizas, y 23 de 15 metros cuadrados para la siembra de flores. El resto, de 39 hectáreas, podrá ser accesible a través de caminos de cultivo. Fernández Palomares precisó que para su concesión se seguirán una serie de criterios para fijar cupos a grupos preferentes, como jóvenes, parados o personas mayores.

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