Hasta la próxima parada de la Liga, el fin de semana del 14 y el 15 de noviembre, el Sevilla tiene ante sí una nueva oportunidad de meter la quinta (también en la Copa y en la Liga de Campeones) y mantener el ritmo que de momento le mantiene en el podio de la clasificación. Una vez superado, con derrota, el más duro enfrentamiento de este tramo liguero, ante el Deportivo, al conjunto de Jiménez se le presentan una serie de partidos a priori asequibles para hacer recolecta de puntos y victorias.
Esta serie empieza esta noche ante el Espanyol, en uno de los duelos más complicados de las próximas semanas. Sigue luego con el choque copero de ida ante el Altético Ciudad, continúa ante el Xerez en Chapín y en Nervión ante el Stuttgart y ante el Villarreal, para descansar de nuevo. En el campeonato de la regularidad, en concreto, nueve puntos para, como mínimo, seguir la estela del Real Madrid y del Barcelona, ahora que dan síntomas de debilidad. El primero de esos duelos es ante un Espanyol que ha comenzado la Liga de forma más que aseada, con tres victorias, dos empates y dos derrotas. Sus 11 puntos lo colocan en un cómodo y tranquilo octavo puesto. Una tranquilidad que, pese a todo, se encargan de enturbiar los periquitos con la polémica entre el club y Tamudo. En cualquier caso, los de Pochettino llegan sin urgencias de ningún tipo y asumiendo el papel de víctima ante un Sevilla que se presupone superior. Y ciertamente, ése, y no otro, es el guion de la previa del encuentro. Un Sevilla superior, que además volvió el martes a la senda de las victorias, ante un Espanyol inferior. Porque por muchas bajas que tenga el conjunto de Jiménez, que alguna tiene –Palop, Adriano, Fazio–, y por muchas dudas –Kanouté– que tenga, los partidos de casa no se pueden ni se deben escapar.De momento el Sevilla ha hecho del Sánchez Pizjuán una auténtica fortaleza.
Todo lo que ha jugado ante su público, lo ha ganado, y con relativa solvencia. Ha batido al Zaragoza, al Mallorca y al Real Madrid en la Liga y al Unirea en la Liga de Campeones. Pero no sólo los resultados invitan al optimismo de los sevillistas cuando van a ver a su equipo. El juego desplegado ha sido notable, incluso sobresaliente en algunos momentos, y eso ha provocado que el estadio hispalense vuelva a ser una fiesta en comunión cada vez que los blanquirrojos aparecen por el túnel de vestuarios.
ROTACIONES. En cuanto a lo deportivo, el equipo titular que salte hoy al Sánchez Pizjuán será bastante diferente al del pasado martes en el Mercedes Benz Arena. Seguirá en la portería Javi Varas, que en sus primeras comparecencias tras la lesión de Palop ha cumplido con creces y transmite seguridad, pero en la zaga habrá cambios. Pese al pasado espanyolista de Sergio Sánchez, en el lateral derecho tiene todas las papeletas para reaparecer Konko, mientras que Squillaci seguirá a priori en el centro de la defensa, donde entrará Escudé. Cabe concederle alguna opción a Sergio Sánchez, pero no demasiadas. Con la baja de Adriano el lateral izquierdo también queda franco para Fernando Navarro, mientras que por delante de él podría jugar Diego Capel, con Navas en la otra banda y Zokora y Renato –también vuelve– en la medular.
La nómina de regresos la completará Negredo, de pareja de Luis Fabiano. Al brasileño sólo lo saca de su enfurruñamiento el gol, y hoy tiene una buena oportunidad de buscarlo y poner de nuevo en órbita a un Sevilla en el que una derrota es lógica. Pero eso sí, dos son crisis.
