Antes del partido, vista la clasificación y por lo que pelean ambos equipos quizás se diera por bueno un punto para el Betis en el estadio de Riazor frente al Deportivo de la Coruña. Después, con los resultados que se produjeron en la jornada llegan momentos de zozobra porque el próximo partido del Domingo de Ramos ante el Numancia será para el Betis una final. Se ha complicado, y de qué manera, el equipo de Chaparro, porque, además, aprietan para salir de la quema una serie de equipos que serán rivales directos hasta el final de la competición si siguen los vaivenes del equipo de Heliópolis.
Titubeos. Comenzó de forma preocupante el partido, dado que a los 8 minutos marcó Verdú en posición antirreglamentaria pero el colegiado Ayza Gámez dio por válido el gol para el conjunto deportivista. Anduvo titubeante el Betis, que a pesar de su potencial atacante se mostraba muy impreciso para llegar a los aledaños de la portería de Aranzubia. Menos mal que los de Lotina tampoco encontraban caminos ante Ricardo ni aciertos en su dominio del juego.
Así, en un gran pase de Emana, Sergio García logró la igualada definitiva y al descanso nos metimos con el empate a uno. No aprovechó el Betis nada de una segunda parte en la que el Deportivo perdió fuelle y nunca fue capaz de mandar en el campo. Ni los de Lotina ni los de Chaparro buscaron con ahínco el gol. Sólo hubo dos ocasiones: un paradón de Ricardo a tiro de Riki y otra, en jugada decisiva, cuando Oliveira se puso ante Aranzubia, se hizo un lío con la pelota y no marcó en una de esas ocasiones en las que el brasileño suele ser letal. Ahora viene el parón liguero. Tiempo para unos de trabajo, reflexión y cambio de comportamiento. Para otros, las dudas con solo mirar la tabla y esperar otro Betis cuando salte al campo frente al Numancia.
