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En Sevilla como en casa

A nivel institucional y popular, desde 1992 el Principe no ha dejado de estar presente en la vida de la ciudad.

el 02 jun 2014 / 22:32 h.

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 El príncipe Felipe y el presidente del Sevilla, José Castro, levantan el trofeo tras ganar el Sevilla FCla Europa League en Turín. / EFE El príncipe Felipe y el presidente del Sevilla, José Castro, levantan el trofeo tras ganar el Sevilla FCla Europa League en Turín. / EFE

En Sevilla, la Expo 92 además de suponer un punto de inflexión en la historia de la ciudad, también acostumbra a significar una suerte de año 0; un momento ideal para arrancar cualquier historia. Podríamos afirmar que la ligazón de Felipe de Borbón y Grecia con Sevilla puede mirarse bajo la óptica de una relación de admiración mutua que ha ido siempre in crescendo. El 18 de marzo de 1992, el Príncipe era retratado por El Correo de Andalucía durante su visita al recinto de la Exposición Universal de 1992 para ver en propia mano la puesta a punto de los diferentes pabellones y zonas de la Exposición. Recibido en medio de una inmensa expectación, que iba a ser consustancial a toda la duración de la Expo, ya entonces las crónicas abrochaban de manera rotunda la admiración y la simpatía que los sevillanos siempre han sentido hacia el heredero.

Acompañado por, entre otros, el comisario general de la muestra, Emilio Cassinello y el alcalde hispalense, Alejandro Rojas-Marcos, aquel mismo día de la visita del Príncipe se erigía frente al Monasterio de Santa María de las Cuevas una gran carpa que sería utilizada el día de la inauguración, un radiante 20 de abril en el que su padre, el Rey, inauguró la exposición.

1992 fue un año mágico para España, también lo fue en buena medida para una monarquía que participaba de la gloria de Sevilla, Barcelona y Madrid, tres ciudades que capitanearon diferentes proyectos que, por su envergadura, fueron capaces de hacer subir enteros el valor de lo que hoy se ha dado en llamar marca España. Siete años después, Felipe de Borbón acudiría de nuevo a Sevilla –quedando por en medio una retahíla de visitas de carácter más o menos protocolario y empresarial– para dar el pistoletazo de salida al Mundial de Atletismo. Un fasto que constituyó el último gran acontecimiento deportivo del siglo.

«Con el máximo orgullo declaro inaugurado el séptimo Campeonato del Mundo de atletismo, Sevilla 99», dijo el Príncipe en una ceremonia de inauguración que protagonizó, en lo artístico, el bailaor Joaquín Cortés con una coreografía titulada Los hijos de Hércules. «Su presencia aquí esta noche es un símbolo de la juventud, la energía y los ideales que nuestro deporte intenta representar», dijo el entonces presidente de la Asociación Internacional de Atletismo, Primo Nebiolo, en referencia al primogénito. Luego llegarían las medallas de oro de Abel Antón y el recientemente desaparecido Yago Lamela, pero en el recuerdo de todos perdura la anécdota propiciada por un fallo en la seguridad que permitió que dos manifestantes disfrazados de Giraldilla reivindicasen el acercamiento de los presos vascos a Euskadi.

En el centro, un joven Felipe de Borbón visita la pre Expo’92. En el centro, un joven Felipe de Borbón visita la pre Expo’92.

El 8 de abril de 2002 Felipe de Borbón daba comienzo a una de las estancias más largas del heredero en Híspalis.Se trató de una inusual visita de dos semanas que se extendió por toda Andalucía pero en la que se fijaron dos extensas paradas en Sevilla. El 18 de abril el príncipe ofreció una recepción en el Monasterio de la Cartuja –el mismo en el que diez años antes se había inaugurado la Expo– y luego se acercó a la Feria de Abril, que se encontraba en pleno apogeo. Sólo hacía cuatro meses que el Príncipe había estado en Sevilla –en la inauguración del encuentro Red.es en el Teatro Central– y ya se encontraba de nuevo aquí, en el Real, acompañado por el entonces presidente de la Junta, ManuelChaves, y el alcalde de la ciudad, Alfredo Sánchez-Monteseirín, entre otras personalidades.

El viaje fue calificado por el heredero de «experiencia gratificante». «Soy consciente de que no es posible conocer en dos semanas toda la rica realidad de esta tierra grande y hermosa. Pero sí puedo decir que en las numerosas reuniones que he tenido con muy diversos sectores de la vida andaluza, y sevillana en particular, he encontrado interlocutores que me han hablado con sinceridad y con claridad, que he agradecido mucho, de lo bueno y también de lo menos bueno de Andalucía», afirmó entonces. Aquella tourné fue saludada en términos muy positivos por el periodista experto en la corona, Jaime Peñafiel, como «una de las estancias más productivas realizadas nunca antes por el Príncipe Felipe» así como también «quince días que vinieron a certificar la excelente relación que muy pronto comenzó a fraguar el infante con Sevilla y Andalucía en general».

El Príncipe, el pasado 20 de mayo, en la Cámara de Comercio. / josé maniel vidal (EFE) El Príncipe, el pasado 20 de mayo, en la Cámara de Comercio. / josé maniel vidal (EFE)

Además, Felipe de Borbón no dejó de visitar la sede del Parlamento de Andalucía, donde descubrió una placa conmemorativa del 20 aniversario de la constitución de esta institución. Este, que llegó alrededor de las cinco de la tarde al Parlamento, que ocupa el antiguo hospital de las Cinco Llagas, saludó en la entrada a los miembros de la Mesa de la Cámara. Previamente, tras salir del Ayuntamiento hispalense, el Príncipe de Asturias fue recibido por el entonces arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, con quien visitó el Palacio Arzobispal, así como la Catedral de Sevilla. Los actos previstos para aquella intensa mañana de la primera jornada de la visita oficial culminaron en el Palacio de San Telmo con un almuerzo con las autoridades más representativas de todos los sectores de la Comunidad andaluza. Aquella estancia fue cerrada por el Príncipe enrolándose en una característica visita secular; la ya referida asistencia a la Feria, que recorrió en un coche de caballos en una jornada de inclemente, sofocante calor.

Apenas un mes después, el Príncipe anunció su traslado a su propia residencia en el complejo de la Zarzuela, lo que fue interpretado como un paso más allá en su madurez como futuro monarca. Faltaba entonces algo más de un año para que, el 1 de noviembre de 2003, se anunciara su compromiso con la periodista de TVE, Letizia Ortiz. Con motivo de aquella noticia, el regidor, Sánchez-Monteseirín, regalaba a la pareja una vajilla de la prestigiosa firma La Cartuja-Pickman. Días después, la posible presencia de Letizia Ortiz en la inauguración de la XXX Asamblea de la Asociación Iberoamericana de Cámaras de Comercio (AICO) desbordó las previsiones de la Delegación del Gobierno de Andalucía, que recibió una avalancha de petición de acreditaciones de prensa de todos los puntos del mundo.

En octubre de 2010, y con motivo del I Encuentro Euro-Latinoamericano, se producía otra de las comparecencias más importantes del que será Rey en Sevilla. Erigido en el gran interlocutor con los países transoceánicos –singularmente después del famoso «por qué no te callas» que Don JuanCarlos I espetó al presidente de Venezuela, Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de Chile en 2007– en aquella ocasión alabó la labor conjunta por el desarrollo a ambas orillas del Atlántico. «Estos lazos familiares entre España y América son cada vez más estrechos y esto no tiene que ver sólo con el pasado, sino también con el presente y el futuro», valoró Don Felipe, quien expresó el «compromiso» de la Corona con Latinoamérica y la apuesta «estratégica» de España dentro de la Unión Europea para aumentar dichos lazos.

Con el paso de los años, las visitas a Sevilla de los Príncipes de Asturias se han ido multiplicando exponencialmente, estando la mayor parte de ellas motivadas por la asistencia a encuentros de carácter empresarial llegando así hasta 2014, donde la actividad de los inminentes Reyes de España puede categorizarse de febril, habiendo acudido a la capital de Andalucía en el lapso de un año –de marzo de 2013 a marzo de 2014– hasta en una decena de ocasiones, bien juntos, pero igualmente también por separado.

Solo hace una semana, la Princesa de Asturias participó en un encuentro que se celebró en el Instituto de Biomedicina de Sevilla, acto en el que defendió como algo «imprescindible». Siete días antes, los Príncipes se encargaron de presidir el 21 de mayo la clausura de la Campaña de Reconocimiento a la Empresa que organizó la Cámara de Comercio de Sevilla en conjunción con la Confederación de Empresarios de la ciudad. Fue un acto en el que se otorgaron los galardones con los que se quiso homenajear a siete compañías (entre ellas, Cobre Las Cruces, Airbus y Renault, entre otras...) que «apuestan y proyectan la imagen de Sevilla en todo el mundo», al decir del heredero de la corona española. «(...) Nos alegra la invitación porque , además de traernos a la Princesa y a mí de nuevo a esta ciudad capital de Andalucía, siempre tan cercana y tan querida, sabemos que es producto del afecto y la consideración tanto personal como institucional», pronunció DonFelipe durante un discurso el que se posicionó en favor del «esfuerzo de los emprendedores que favorece el crecimiento económico y, sobre todo, la creación de empleo», dijo entonces.

El mes de marzo pasado, Felipe de Borbón llegaba a la ciudad para tomar parte en otro acto empresarial. Era el 19 de marzo cuando inauguraba el I Congreso Internacional de Viveros de Empresas que preparó la Cámara de Comercio. «En un mundo globalizado y acelerado, es fundamental subrayar la importancia del binomio emprendimiento-innovación y el papel de las pymes y micropymes», aseguró durante una intervención en la que también señaló el «potencial» de los viveros de empresas por el «salto cualitativo que representan hacia un tejido empresarial aún mejor». En aquella cercana ocasión la presidenta de la Junta, Susana Díaz, acompañó al Príncipe en un almuerzo en el Palacio de San Telmo interesándose durante el mismo, y según trascendió, por los detalles de la restauración a la que ha sido sometido este emblemático edificio.

El mismo mes de marzo del año precedente fue otra de las cercanas ocasiones en las que pudo verse al matrimonio en Sevilla, en aquella vez con motivo de la nueva esclusa del Puerto. Esta comparecencia fue interpretada, según convino a unos sectores y otros, como un apoyo expreso al polémico proyecto del dragado del río. Al hilo de esta oportunidad, los Príncipes acudieron al Monasterio de Santa Clara para visitar la exposición sobre las Sant as de Zurbarán, una de las mayores apuestas culturales promovidas por el Gobierno municipal del popular Juan Ignacio Zoido.

La provincia tampoco ha sido ajena a su agenda. El 30 de octubre de 2013, el Príncipe Felipe inauguró la ampliación de las instalaciones de la empresa AGQLabs, «una de las máximas exponentes de la exportación de I+D desde Andalucía» con sede en la localidad de Burguillos. Finalmente, hace sólo cuestión de días protagonizó una foto histórica para el fútbol sevillano, la que propició el haber ganado ante el Benfica lisboeta laLiga Europa en un partido disputado en Turín en el que, apoyando a Sevilla, también estuvo el Príncipe.

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