Las universidades han abierto el curso académico esta semana y, como era de esperar, ninguna de ellas ha desaprovechado la ocasión de hacer patente su manifiesto malestar con la política impuesta por el ministerio que comanda José Ignacio Wert. La Pablo de Olavide se sumó ayer a este descontento. Su rector, Vicente Guzmán, lo resumió en una frase en su discurso de apertura ante un Paraninfo colorido en vestimenta pero gris en el ánimo ante lo que se avecina (y lo que ya ha llovido). A las universidades públicas nos están llevando a una situación cercana a ser irreversible para peor y casi insostenible. Vicente Guzmán vaticinó un mal porvenir de la sociedad y de las personas si el ministro Wert no se aviene a dialogar una reforma universitaria que ha empezado con la imposibilidad de seguir contratando (la famosa tasa de reposición del 10%), ha continuado con el endurecimiento de los requisitos para conseguir una beca y culminará con el cambio de modelo en el gobierno de las universidades (precisamente hoy, la Universidad de Sevilla abre oficialmente el curso con una lección inaugural de Ángel López sobre la autonomía universitaria).
Por si alguien todavía no se ha dado cuenta, no estoy tan seguro de que deba acometerse una reformulación en un contexto de recursos menguantes y, mucho menos, aprovechando esa circunstancia para proponer un cambio de modelo que, cuando menos, discute y pone en entredicho el modelo español de enseñanza superior basado en la predominancia de la universidad pública, que tiene valores a los que no podemos renunciar, subrayó el rector de la Olavide.
Guzmán que intentó defender ante los suyos que las decisiones que se han tenido que tomar se han adoptado por responsabilidad no por compartir ni la letra ni el espíritu de las normas denunció que existe una interesada incomprensión hacia la universidad pública que la sociedad va a pagar muy caro. Y sorprendió a los presentes al citar una de las frases más célebres del superventas de Tolkien El Señor de los Anillos para poner palabras al intento confeso de Wert de restar autonomía a las universidades: Un anillo para gobernarlos a todos, un anillo para encontrarlos, un anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas.
Pero las quejas del rector no sólo tuvieron como destino la capital de España y el Palacio de la Moncloa. También hubo carta con remite a San Telmo. Guzmán reconoció que las universidades públicas andaluzas atraviesan un momento especialmente delicado. El mal (endémico) que padecen los Rectorados se llama problemas de tesorería. Nos consta la buena voluntad [de la Junta], pero es fundamental que este problema se solucione ya.
En los debe que apuntó el rector de la Olavide al flamante consejero de Innovación, José Sánchez Maldonado, destacó un nuevo modelo de financiación (el actual está prorrogado). La Olavide no ha ocultado nunca su desacuerdo con el actual sistema porque ha producido disfunciones que han afectado con más intensidad a las universidades más pequeñas.
"Necesitamos un nuevo modelo y necesitamos diseñarlo cuanto antes para tener una razonable seguridad en nuestra programación y actuación, alertó. Hemos llegado a una situación extremadamente preocupante confesó desde el momento en que no ha sido sino hasta ayer que se ha aprobado el reparto definitivo de la financiación operativa de 2013 y que se ha detectado que las disfunciones de la prórroga del modelo empiezan a pasar una grave factura que sólo puede pagarse gracias a la generosidad de concretas universidades.
