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El presidente Griñán abandona

El jefe del Gobierno pacta con Rubalcaba su salida: dimitirá en septiembre y dejará el relevo a Susana Díaz. Renuncia 24 horas antes de que Alaya interrogue al exinterventor, que acusa directamente al líder del PSOE

el 23 jul 2013 / 20:54 h.

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José _Antonio_Griñán Danos tu opinión sobre esta noticia en nuestra página de Facebook. ENCUESTA: ¿Qué le parece que Griñán deje la Presidencia de la Junta?   José Antonio Griñán abandona. El presidente del Gobierno andaluz dimitirá en septiembre –18 meses después de presentarse a las últimas elecciones– y dejará el timón de la Junta en manos de la consejera de la Presidencia, Susana Díaz, que en sólo 19 días se ha convertido en candidata única del PSOE a las autonómicas, y en menos de tres meses será la primera presidenta de Andalucía. Díaz, sevillana de 39 años, presentó su candidatura a las primarias socialistas el 4 de julio. Después de un proceso electoral exprés, al que han concurrido otros tres aspirantes sin el músculo orgánico suficiente como para lograr que la sucesión se decidiera en las urnas, la consejera ha visto el camino a la presidencia despejado. Griñán se convirtió en 2009 en el cuarto presidente de Andalucía por designación directa de su antecesor y amigo, Manuel Chaves. Bajo su tutela, el PSOE-A perdió las municipales, las generales y las autonómicas de 2012, pero conservó la Junta contra todo pronóstico gracias a su coalición con IU. Mantener el poder en Andalucía contra la marea del PP, y contrarrestar las políticas conservadoras de Mariano Rajoy en el último año y medio es parte del legado de su mandato. Hoy anunciará su dimisión en un acto de partido, durante el comité director del PSOE –máximo órgano entre congresos– en el que Díaz será proclamada candidata a la Junta. El presidente, de 67 años, ha decidido comunicar su dimisión 24 horas antes de la declaración ante la jueza Mercedes Alaya del exinterventor general de la Junta, Manuel Gómez, pieza clave en la investigación del fraude en los expedientes de regulación de empleo (caso ERE). Tampoco esperará a negociar los próximos presupuestos autonómicos, unas cuentas que se antojan difíciles por el estrecho margen de déficit que el Ejecutivo central concederá a las regiones. La investidura de Díaz, que necesita el voto de los socios de Gobierno (IU) en el Parlamento, será en septiembre. La federación de izquierdas condicionará su apoyo a que la nueva presidenta mantenga la hoja de ruta que pactaron con el PSOE hace año y medio. IU espera que cualquier “novedad política” que Díaz introduzca en su mandato sea pactada previamente con ella. Griñán ha “cerrado” el calendario definitivo de su salida del Gobierno andaluz con la dirección del PSOE, entre el domingo y ayer. El aún presidente comió ayer en Madrid con el secretario general del partido, Alfredo Pérez Rubalcaba, en un encuentro al que también asistieron la vicesecretaria general, Elena Valenciano, y su homólogo andaluz, Mario Jiménez. 48 horas antes, Griñán insistía públicamente en que su “intención es agotar la legislatura”, y que no contemplaba un “adelanto electoral”. Lo primero no se va a producir –aunque algunas fuentes apuntan a que podría conservar el escaño u ocupar una plaza de senador por Andalucía– y lo segundo, el adelanto electoral que todos los partidos niegan, está por ver. Griñán anunciará su dimisión un mes después de comunicar su renuncia como candidato, durante el Debate del Estado de la Comunidad. Oficialmente la Junta negó ayer que la dimisión fuera inminente, aunque el portavoz advirtió de que “los acontecimientos” podrían trastocar ese escenario. EL CASO ERE ¿Cuáles son los acontecimientos más inminentes? Dentro de 24 horas, la jueza Alaya, que instruye el caso ERE, se sentará delante del que fuera interventor general de la Junta entre 2000 y 2010. Durante toda esa década, la responsabilidad de Manuel Gómez fue fiscalizar el uso del dinero público. Alaya le considera una pieza clave para entender por qué el fraude de ayudas sociolaborales se prolongó diez años sin que nadie alertara del menoscabo de fondos públicos. El exinterventor está imputado por su “conocimiento del uso indebido de las transferencias de financiación para el pago de ayudas y de los desfases presupuestarios que estaba generando”, dice Alaya, citando sus propios informes. Gómez se escuda en que elevó hasta 15 informes a la Consejería de Economía –en la época en la que Griñán era consejero– advirtiendo de las “deficiencias” del sistema para otorgar ayudas, un procedimiento “opaco” y “discrecional”, que podía dar lugar a irregularidades. “Con un solo informe, el primero, debieron de tomarse medidas”, dijo el año pasado en su comparecencia durante la comisión de investigación del caso ERE, que tuvo lugar en el Parlamento. Sin embargo, es cierto que también reconoció que nunca llegó a detectar delito ni menoscabo de fondos públicos. Por esa razón, el portavoz se mostró ayer “absolutamente tranquilo” con la declaración de Gómez. La Junta espera que el interventor declare ante Alaya lo mismo que explicó en la comisión. Y si es así, explican, no es previsible que el caso dé el salto de gigante que algunos temen, y que llevaría a la jueza a la antesala del Consejo de Gobierno. A pesar de las cautelas, no es un secreto el “nerviosismo” que se vive dentro del Ejecutivo, donde algunos creen que Alaya usará las declaraciones del interventor para señalar abiertamente a Griñán, y a la que fue su número dos en Hacienda y actual consejera, Carmen Martínez Aguayo. Ambos son aforados, de modo que abrir la investigación hacia ellos supondría que la jueza debe desprenderse del caso ERE, con el que empezó hace casi tres años, y dejarlo en manos del Tribunal Supremo. Otras fuentes no ven tan inminente este paso judicial, toda vez que Alaya acaba de señalar citaciones de imputados para septiembre y octubre. Sobre la dimisión de Griñán pesan razones personales y de convicción política. Desde su entorno, no obstante, aseguran que él prefiere irse por su propio pie a ser empujado por la jueza Alaya, pero es difícil disociar la sombra del caso ERE de la repentina decisión del presidente.  

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