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IU quiere morder el pastel

La federación regional aspira a volver al Congreso y a lograr entre 2 y 5 escaños.

el 13 nov 2011 / 20:17 h.

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En una campaña tan polarizada como la del 20-N y con un desenlace tan claro -el PP arrasa en todas las encuestas y el PSOE se descalabra-, IU puede ser la sorpresa al quedarse con un buen trozo del pastel electoral. La erosión de los socialistas y la consolidación de IU como la alternativa de izquierdas podrían contribuir a un resurgimiento de la formación en Andalucía, comunidad que no aporta a este partido ningún diputado al Congreso desde el año 2000. Ahora la federación andaluza aspira a ocupar hasta cinco escaños en la Cámara Baja y, lo que es más importante, a "doblar" los apoyos ciudadanos en las autonómicas de primavera. Para lograrlo deben luchar contra la abstención -muchos de los votantes de izquierda se quedarán en casa el 20-N- y "movilizar a la clase trabajadora y a los parados".

La federación andaluza de IU lleva las dos últimas legislaturas sin representación en el Congreso. El récord lo cosechó en 1996, con seis diputados en Madrid. Ahora están convencidos de que esta sequía ha terminado y creen que pueden sacar entre dos y cinco escaños. Dan por seguro el de Sevilla, su granero más importante y el único sillón que le otorga la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), con la candidatura de José Luis Centella; y Málaga, donde confían en el tirón de su cabeza de lista, Alberto Garzón, uno de los rostros más visibles del movimiento 15-M. Los otros tres diputados que la formación ve a su alcance los disputarán al PP, por la previsible caída de los socialistas, entre los últimos votos que quedan siempre en el aire en cada provincia.

Pelearán por Cádiz, provincia que tiene un aforado menos por la pérdida de población; Granada, donde hay un candidato de peso, Raúl García, vinculado al 15-M y a la universidad y apadrinado por el poeta Luis García Montero, y Córdoba. En esta última provincia también lucharán el escaño con el PSOE y centrarán la pugna en la figura de la exalcaldesa de IU Rosa Aguilar, ahora ministra de Zapatero y antes consejera andaluza con Griñán. Ya en campaña, los dirigentes de IU se han sobrepasado con comentarios sobre la espantada de Aguilar.

IU tiene claro que para recuperar el 6,5% de los votos de los andaluces en las generales también debe apuntarse a la batalla por los votos de los indecisos socialistas, unos 700.000. Su "propuesta de rebeldía" -lema de la campaña- quiere movilizar a la clase trabajadora, a los parados, a los jóvenes y nuevos votantes y, sobre todo, vencer a la abstención. "Hay mucha gente que votaba a la izquierda y ahora se va a quedar en casa", lamenta el coordinador regional, Diego Valderas. Asegura que, pese a que las encuestas dan la victoria rotunda al PP, "nada está escrito" y cree que la "culpa" del vertiginoso ascenso popular la tiene sólo el PSOE.

"La política de los gobiernos socialistas de estos años ha puesto una alfombra roja al Partido Popular", sostiene. Es más, si se cumplen los sondeos y Javier Arenas gobierna en Andalucía en primavera, Valderas lo achaca a la "deriva derechista del PSOE". "Ya he advertido de que puede haber un gobierno del PP en Andalucía durante 20 años".

El principal objetivo de IU en las elecciones es "frenar el subidón de la derecha". En las autonómicas quiere "impedir" que gobierne Javier Arenas, por eso Valderas descarta de plano que en Andalucía su formación se comporte igual que en Extremadura, donde la abstención de IU ha permitido gobernar al PP. Antes de que la oleada de encuestas certificaran que el PP puede vencer en Andalucía por una amplia mayoría, se especulaba con un gobierno de coalición PSOE-IU. La federación de izquierdas cuenta con seis escaños en el Parlamento andaluz. "Nunca nos hemos visto en el Gobierno andaluz, pero estamos llamados a detener a la derecha", asegura Valderas, que no cierra la puerta a un hipotético pacto con los socialistas.

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