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José Luis y su guitarra atacan de nuevo

Para suerte del lector no tengo a manos el Tratado de Utrecht ni un extenso memorandum que elaboró la diplomacia española, es un decir, en tiempos de Fernando María Castiella que sirvió de base para cerrar la verja del Peñón de Gibraltar en los tiempos gloriosos de Franco...

el 16 sep 2009 / 06:07 h.

Para suerte del lector no tengo a manos el Tratado de Utrecht ni un extenso memorandum que elaboró la diplomacia española, es un decir, en tiempos de Fernando María Castiella que sirvió de base para cerrar la verja del Peñón de Gibraltar en los tiempos gloriosos de Franco. Pero sí tengo en la memoria el soniquete de una canción de la época que interpretaba José Luis y su guitarra. A los adolescentes y demás súbditos de la España gris nos torturaban con la soflama de Gibraltar español cuyo estribillo adobado de ardor guerrero y orgullo patrio concluía con un reiterativo: "y esta es la verdad, toda la verdad sobre Gibraltar".

El compositor y cantante bebía más de las fuentes de El Pardo que de los tratados internacionales sobre la cosa. Y las almas inocentes nos preguntábamos acerca de la importancia de la roca esa que veíamos de lejos al pasar por Algeciras. Yo, la verdad, de niño pensaba que Gibraltar era algo muy importante y suponía que debía ser algo parecido a un gran país. Y cuando vi lo que era, pensaba, en mi ignorancia, "pues no acabo yo de ver que ese trozo "irrenunciable" de España de para tanto ruido musical y político".

Tuvimos que esperar a que Javier Rupérez, por delegación de Suárez, abriera la herrumbrosa puerta que cerró Franco para fastidio de los de dentro y de los de fuera.

Y ahí seguimos, aunque los avatares de la Unión Europea hayan relegado a un segundo plano las reivindicaciones sobre el Peñón y lo hayan situado entre los residuos de viejas querellas territoriales.

Así las cosas, una visita de Moratinos para hablar del uso y control medioambiental de las aguas territoriales libera de nuevo los resortes del patriotismo "modelo José Luis y su guitarra". Y el coro popular andaluz se pone a cantar que el ministro es un antiespañol humillado ante la pérfida Albión.

Vale, como no hay temas, los populares andaluces, es una forma de hablar, se meten en temas internacionales probablemente para sacarse la espina del contencioso famoso del submarino nuclear inglés que dormitaba en el cantil del puerto gibraltareño. No sé si vive José Luis y si conserva su guitarra pero a ese bardo hay que afiliarlo y ponerlo al frente del comité electoral. Es una idea.

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