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José Marín empieza a trabajar y ya sólo acude a prisión para dormir

El exsecretario del Distrito Macarena, condenado por las facturas falsas, ha pasado ya 11 meses en la cárcel. 

el 28 feb 2011 / 20:26 h.

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José Marín, a las puertas de los juzgados de Sevilla, en 2005.

El exsecretario del Distrito Macarena José Marín, condenado a cuatro años y tres meses de prisión por el caso de las facturas falsas, está trabajando desde hace tres semanas y la cárcel de Sevilla lo ha trasladado al Centro de Inserción Social (CIS), al que sólo tiene que ir a dormir. Así lo explicó él mismo a este periódico ayer, cuando disfrutaba de su primer permiso penitenciario, que le ha permitido pasar con su familia tres días seguidos.

Marín, que ingresó en la cárcel de Sevilla a principios de abril del año pasado, ha cumplido casi un año de cárcel -11 meses-, pero desde el primer día tenía sobre la mesa una oferta de empleo del empresario con el que trabajaba antes de ser condenado. Al día siguiente de su ingreso en prisión, su exjefe le presentó una oferta por escrito para reincorporarse a su puesto en Ausbanc en cuanto el centro penitenciario se lo permitiera, lo que ocurrió hace 20 días, según explicó Marín.

Sin embargo, su situación penitenciaria no ha cambiado y continúa en segundo grado. "Yo no he pedido el tercer grado, como tampoco he pedido que me trasladaran al CIS porque no quiero forzar la situación", explicaba ayer Marín, "ha sido la propia cárcel la que lo ha autorizado porque ha considerado que me corresponde", al igual que el permiso de tres días del que ha disfrutado.

Marín tiene además solicitado un indulto, ya que su esposa recogió firmas para pedirlo, pero la Fiscalía se opuso alegando que para perdonar la condena no es razón suficiente su buen comportamiento en la cárcel, donde ha estado impartiendo clases a otros reclusos y ha mantenido una actitud positiva, según confirmaron fuentes penitenciarias.

Marín fue condenado por los delitos de malversación de caudales públicos y de falsedad documental por pagar dos cheques por valor de algo más de 4.000 euros por obras que no se habían realizado, una pena ratificada por el Tribunal Supremo.

"Yo cometí un error al firmar esos cheques, pero hasta el propio tribunal reconoció en la sentencia que el dinero no me lo quedé yo", recordó ayer Marín, que insistió: "Yo no me he quedado ni un euro de nadie, estoy pagando por mi falta de diligencia, y aunque he estado en la cárcel con gente que va a cumplir menos tiempo por haberse llevado muchísimo dinero, lo que quiero ahora es mirar para delante. No le guardo rencor a nadie, estoy pagando lo mío y no quiero pensar en otras cosas".

Ni siquiera en el empresario José Pardo, en busca y captura al no haber ingresado para cumplir su condena por ser quien cobró las facturas falsas: "A mí me da igual si ingresa o no, lo que he pasado yo no se lo deseo a nadie".

"Ahora disfruto de cosas que antes no valoraba"

"Ahora valoro cosas que antes no valoraba y disfruto mucho más de las cosas más normales", explicaba ayer Marín, "como tomarme una cerveza en vaso de cristal, o que no me cierren la puerta detrás cuando entro en una habitación".

Marín pasó ayer el día con su hija y pudo conocer a su segunda nieta, que nació en noviembre y a la que sólo había podido ver una vez en una visita penitenciaria, el pasado día 23 de diciembre. "Verla en casa de mi hija es otra cosa, eso es disfrutar de ella", aclaraba.

El ex secretario del distrito aseguró que en estos días fuera de prisión ha notado "muchísimo la diferencia, porque esto no tiene nada que ver con dormir en una celda y cenar a las siete de la tarde. Ya me dijeron los psicólogos que me pasaría". Por eso, ahora sólo tiene un interés: "Sólo pienso en mi futuro y en pasar todo el tiempo con los míos".

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