No hay ficción, imaginación o invención que en España sea capaz de superar a lo que es nuestra realidad, surrealista y sin proporciones. Hubo una boda que sorprendió al país, escandalizando a la mitad de éste, dejando a la otra un poco despistada -en este país todo va por mitades-. La llamaron la boda del siglo, y fue, que recuerde, la tercera o cuarta del mismo nombre; que demasiadas son, para una única centuria, me parece. Aquella boda fue un asunto privado, y menos mal; si llegan a considerarla de Estado, no sé yo que hubiera pasado. Pasó por Madrid lo más florido del mundo, entonces, el poder y la gloria. En fin, una boda que costó un gobierno y rompió una leyenda: la leyenda, la del Presidente como un político serio y modesto, que muchos se habían creído tras años de esfuerzo; el gobierno, el del Partido Popular, que perdida la confianza de los ciudadanos en su presidencia no fue capaz de resistir los embates de tantas cosas como pasaron en su segunda legislatura.
Hubo una compañía de actores que hizo de la boda un espectáculo, divertido y de éxito, ridiculizando algo que muchos consideraron ridículo de por sí, señalando las miserias y riéndose de las pretensiones. Hoy hemos podido ver el lado B de la boda, a los otros invitados, a los que no sacaban en los telediarios. Hoy salen, y por otra cosa. Me imagino a los de Animalario, y les compadezco: ellos, que se creían divertidos e imaginativos, que pensaban tener sentido del humor, ni lo olieron. No fueron capaces de pensar en algo así ni de lejos. O a lo mejor no se atrevieron a escenificar una cosa así, ya hubiera parecido exageración o dislate. Ni la sátira puede llegar tan lejos. ¿Testigos del novio, chorizos? ¡Vamos, hombre! ¿En qué estáis pensando? La boda será cada vez más grande, crecerá su leyenda, porque sus invitados cada vez serán más famosos; a los líderes políticos y gente de posición se les han sumado un grupo de sinvergüenzas y empresarios parasitarios; todos estuvieron allí. ¿Y el resto de los invitados? ¿Los iremos conociendo con los años, como está pasando? ¿Encontraremos psicópatas y asesinos en serie, violadores o líderes de sectas suicidas? ¿Qué paso realmente en El Escorial? ¿Lo sabremos alguna vez?
Catedrático de Derecho del Trabajo
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