El general jefe de la IV Zona de la Guardia Civil se alineó ayer con el delegado del Gobierno al afirmar, de forma tajante, que la búsqueda en el río del cuerpo de la joven Marta del Castillo continuará mientras se mantenga la necesidad "humanitaria y judicial" de encontrar el cadáver que su ex novio dijo haber arrojado al agua hace más de un mes.
La Guardia Civil, que lleva ya casi dos semanas buscando en el río con buzos, perros de rastreo y helicópteros, en un dispositivo del que también forman parte la Policía Nacional, el Ejército e incluso refuerzos llegados de otros países, mantendrá semejante despliegue de medios y la intensidad de sus trabajos, según confirmó el general jefe, Antonio Dichas.
Dichas resaltó que se están usando todos los medios humanos y materiales para encontrar el cuerpo de la joven, desaparecida el 24 de enero y supuestamente golpeada y arrojada al río esa noche, según la confesión de Miguel Carcaño, con quien estuvo saliendo y quien admitió haberla matado y haberse deshecho de su cadáver con ayuda de sus amigos Samuel Benítez y un menor apodado el Cuco. La Policía cree que también lo ayudó su hermano Javier.
Dichas afirmó, como dijo el delegado del Gobierno días atrás, que en esta búsqueda existe una doble vertiente, derivada de la necesidad de encontrar el cuerpo de la joven para entregárselo a la familia y también motivada por el propio procedimiento judicial.
Según el general de la Guardia Civil, existen "piezas de convicción" para este crimen que requieren el hallazgo del cadáver y así poder conocer de una "forma clara y exacta" cómo se ha producido la muerte de la joven. "Mientras que la Justicia y el servicio humanitario que estamos prestando nos demanden que continuemos ahí, continuaremos con todos los efectivos", señaló.
La Guardia Civil ha demostrado su "solvencia" en este tipo de búsquedas que se desarrollan en un río de las características del Guadalquivir, añadió. En dichas labores se encuentran trabajando los medios "más especializados", con la incorporación de una cámara hiperbárica que permite estar más tiempo en el río, teniendo en cuenta que las mareas y reflujos que se producen no permiten actuar "permanentemente".
Asimismo, trabajan perros de rastreo especializados en detectar cadáveres, casi todos los miembros del Grupo de Actividades Subacuáticas (buzos) de Andalucía, y algunos de Madrid, y helicópteros, además de efectivos de la Policía Nacional y del Ejército para rastrear el agua y las orillas, e incluso sobrevolar el río.
Se han llegado a lanzar al agua señuelos con el peso de Marta, arrojados desde el mismo lugar y en las mismas condiciones climáticas, que han mostrado cómo las corrientes del agua los desplazaban primero río abajo y luego los devolvían hacia arriba. En estas zonas se ha intensificado el rastreo. Por el momento se han hallado varias mantas, que se están analizando por si en alguna pudo haber sido envuelta la joven antes de ser lanzada al río.
Por otra parte, la fiscal jefe de Sevilla, María José Segarra, consideró ayer que este caso no induce a "resucitar una polémica que estaba superada por la tendencia criminológica y la recuperación del delincuente", como es el debate sobre el cambio en la legislación vigente respecto a las penas por encubrimiento o la cadena perpetua.
Segarra indicó que comprende "los razonamientos de la persona que hace la propuesta", el padre de la menor, Antonio del Castillo, pero añadió que "como jurista cualquier análisis de reforma legislativa tiene que ir siempre desde la objetividad y la reflexión".
"No pienso que este caso induzca a resucitar una polémica que estaba superada por la tendencia criminológica y la recuperación del delincuente", razonó la fiscal jefe, quien no obstante dijo que "hay que respetar una iniciativa de una familia tan válida y que ha sufrido tanto".
Añadió que este caso no es un asunto de violencia de género, algo que "no sólo requiere que exista un hombre y una mujer", sino también "que haya cierta estabilidad en la relación, que no era el caso".
