Cultura

La cofradía animada del manga

La IV edición del Salón del Manga campa a sus anchas en el Casino de la Exposición desde ayer hasta el domingo. Tres días de frenesí ilustrado.

el 01 abr 2011 / 20:13 h.

Las altas temperaturas sevillanas amenazaron con deslucir la primera jornada del salón del manga a tenor de la poca afluencia que presentaban los talleres a primera hora de la tarde. Sólo era un espejismo, pues el friki u otaku, término que algunos prefieren, no entiende de meteorología cuando va a disfrutar de su auténtica pasión.

Los disfraces que coloreaban los aledaños del Casino de la Exposición alimentaban las sospechas de que alguna celebración especial rondaba por allí. Juan, con su careta de Darth Vader, lo tiene claro. "Me disfrazo porque me gusta". No existe la necesidad de ampliar la explicación. Y es que para ellos no resulta raro simular a sus personajes favoritos, aunque suponga el reinado de la discordia entre los paseantes. "Igual que a otros les gusta el fútbol a mí me gusta el manga", aprecia José Luis, otro de los participantes, quien habla del manga "como una cultura más" que comienza a arraigar en Sevilla a juicio de la amplia afluencia de público registrada.

Todos los asistentes asumen su consideración de frikis y hablan de ello sin tapujos. "Simplemente lo soy, es el término más adecuado para que lo entienda la gente", explica Fran, sin ocultar su desinterés por los apelativos de la sociedad.

Con la misión de coordinar los juegos de mesa, este sevillano explica que uno de los objetivos de esta visibilización de los aficionados al manga es "acercar esta cultura a la gente para que vaya más alla del prejuicio".

Algunos ahondan en él y lo contrastan con otras aficiones comunes que no resultan tan extrañas. "Relacionan manga con los frikis del Diario de Patricia y eso no es. Esto es mejor que emborracharse y drogarse en una plaza", dice atinada Paula, quien asegura que acabará llevándose una camiseta friki para fomentar su peculiaridad.

El Salón del Manga cumple su cuarta edición con el afán de igualar los 15.000 espectadores que congregó el año pasado. Alrededor de 60 actividades, entre merchandising de las estrellas del manga, talleres y videojuegos comenzaron ayer a deleitar a los amantes de esta cultura nipona.

La directora del salón, Eugenia Lara, ya se muestra satisfecha de los logros. "El Casino se nos está quedando pequeño", dice, si bien apostilla: el apoyo de las instituciones es todavía escaso. "Nos gustaría que fuera a más porque dependemos mucho de las entradas". Asegura que durante estos años todos los públicos han pasado por el salón, demostrando que no es patrimonio único del friki.

Por un solo euro, los visitantes pueden acceder a un universo paralelo donde Goku y Darth Vader salvaguardan al planeta de los males de su vecino. Si la crisis también consigue sobrepasarlos, el fácil acceso a las armas láser facilitará la protección ante las fuerzas del mal.

Y en caso de que todos estos los esfuerzos resulten en vano, siempre podrán dibujar su propio mundo, pero eso sí, con los ojos muy grandes para divisar bien los peligros. Es lo que tiene el pertenecer a la cofradía del manga.

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