Hasta 16.000 personas mueren al año de forma prematura por los efectos de la contaminación atmosférica. El último informe de Greenpeace alertó ayer sobre esta cuestión y otras igualmente alarmantes, como que cuatro millones de trabajadores estuvieron expuestos a sustancias cancerígenas.
A bordo del Arctic Sunrise, en el muelle de España de Barcelona, Greenpeace inició ayer una campaña con el lema ¿Quién contamina?, que llevará a este barco de la organización por la costa para señalar a los principales responsables de la contaminación en España. En este sentido, el estudio de la organización ecologista ha elaborado un mapa de puntos negros por comunidades autónomas y por sectores contaminantes.
Una de las responsables de la campaña, Sara del Río, denunció que "la Administración es absolutamente permisiva" con los vertidos y reclamó "que se cree una agencia de control de la contaminación que al menos asegure que se cumple, como mínimo, la legislación comunitaria" en materia de residuos. Julio Barea, también responsable de la campaña, aclaró que en España se contamina, pero "no se paga", a diferencia de lo que ocurre en países del entorno como Francia.
Además, recordó que en España el 100% de la restauración de suelos contaminados se sufraga con fondos públicos, frente al 7% de Francia, o que descontaminar el Ebro de los vertidos de sustan- cias peligrosas efectuados duran- te un siglo por Ercros en Flix costaría unos 200 millones de euros.
El informe Contaminación en España recopila la información que hay sobre este tema e incluye mapas por comunidades autónomas y por los tres sectores más contaminantes: industria, residuos y petróleo. En este punto, Greenpeace destaca que la contaminación atmosférica provoca 16.000 muertes prematuras al año en España, es decir, diez veces más que las muertes en accidentes de tráfico.
peligroso empleo. El estudio aclara que aunque la industria es responsable legal de sus sustancias químicas, es difícil culparla de los efectos sobre la salud de sus sustancias tóxicas. De hecho, cuatro millones de trabajadores, el 25,4% del total, se exponen a sustancias cancerígenas y se cree que 4.000 empleados mueren al año por exposición a estas sustancias.
Greenpeace reclamó así "un calendario de cierre de las incineradoras" porque generan residuos "más tóxicos", según Sara del Río, que denunció que en España, principalmente en Cataluña, se está permitiendo quemar residuos en cementeras, "una práctica aún más contaminante".
