A. Bulnes/ A. Luque
La venta de la Casa Fabiola, sede de la Fundación José Manuel Lara en el barrio de Santa Cruz, ha desencadenado la catástrofe en una institución que, después de dotar de vida cultural a la ciudad durante seis años, ha decidido suspender sus actividades -sus magníficas líneas editoriales incluídas- y ejecutar una severa reducción de personal.
Así lo confirmaba ayer a este periódico la directora de la Fundación Lara, Ana Gavín, que utilizó el término "reestructuración" para explicar una "decisión personal de la familia Lara" que consiste en el traslado desde el Barrio de Santa Cruz -donde la fundación ocupa una casa rehabilitada en 2002 que costó 4, 2 millones de euros- a la sede comercial que el grupo Planeta posee en la Avenida de Jerez, junto al barrio de los Bermejales. Este hecho ha provocado un efecto dominó que ha completado de desestructurar la que, hace poco más de un lustro, comenzó a convertirse en una de las instituciones con más presencia en la vida cultural de la ciudad. "El Patronato de la Fundación ha decidido que es muy costoso mantener la casa, y ha decidido reubicarnos", explica la directora.
Así, la siguiente ficha en caer ha sido la de la actividad cultural -edición de catálogos, organización de exposiciones...-. "No vamos a dejar de hacer cosas, sólo vamos a reducir el número de actividades", matiza Gavín, que es firme al asegurar que "seguiremos siendo proactivos en la generación de ideas, aunque sea en colaboración con otras instituciones".
Finalmente, ha caído también la mayoría de personal que viene trabajando en la fundación desde sus inicios, como es el caso de editores y demás técnicos culturales. "Al reducir la actividad, es lógica también la reducción de personal", explica Gavín.
línea editorial. Sin caseta propia para la próxima Feria del Libro -acontecimiento cultural que Sevilla recuperó gracias, en parte, al empeño de la Fundación Lara-, el que fuera el proyecto personal "más acariciado" por el patriarca José Manuel Lara Hernández, va a prescindir también de sus cuidadas y exquisitas líneas editoriales, como las de Narrativa, Ciudades en la historia y la premiada Colección Vandalia de poesía. "Vamos a dejar de editar libros. Es muy caro mantenerlo", dijo sencillamente la directora.
"La creación de la Fundación que lleva mi nombre es el proyecto que más he ambicionado en mi vida. Con él cumpliré los fines de la entidad que potenciará la cultura andaluza, ayudará al descubrimiento de nuevos valores literarios y fomentará la investigación en todas las ramas del saber"
