Ya lo advertía la pasada semana el Boletín Petrolero de la Unión Europea, que reflejaba que el precio de la gasolina ha vuelto a marcar su nivel máximo en los últimos dos años y medio, aunque no recogía que el alza es superior en la mayoría de las estaciones de servicio, al menos en España. En el escenario actual, llenar un depósito medio de 55 litros tiene un coste de 71,5 euros.
Sin embargo, el Ministerio de Industria, en su listado de estaciones de servicio, sí refleja que muchas de ellas han superado los niveles del verano de 2008. Por ejemplo, en Sevilla capital hay muchas gasolineras que ya sobrepasan ese montante, como la de la Ronda de Capuchinos (1,301 euros), la de la Avenida de Montesierra (1,301 euros), o la del Paseo Colón, donde la gasolina de 95 octanos aún se encuentra más cara (1,303 euros el litro).
En otras ciudades españolas el comportamiento es el mismo. Así, en la estación de servicio Repsol de la Carretera de La Coruña de Madrid el litro de gasolina cuesta 1,342 euros, mientras que en la gasolinera Galp de la Avenida del Paralelo de Barcelona el precio alcanza los 1,326 euros.
Y ello a pesar de que el precio del barril de crudo de referencia en Europa, el Brent, no se encuentra ni mucho menos en los niveles del verano de 2008, cuando llegó a superar la barrera de los 145 dólares. De hecho, cerró el pasado viernes en 99,74 dólares, es decir, que los costes intermedios hasta llegar al consumidor se han elevado considerablemente.
Según los empresarios de las estaciones de servicio, esta escalada de precios se debe al aumento de los impuestos, que está incidiendo de manera directa en el consumidor.
Otra de las razones esgrimidas por la patronal de las gasolineras es la apreciación del dólar con respecto al euro, ya que las compras en los mercados de futuro se realiza con la moneda norteamericana, y esto afecta a los precios finales en la Eurozona. En cualquier caso, en las últimas semanas han asegurado que se nota una caída en las ventas.
En este contexto, la Agencia Internacional de la Energía (AIE), advirtió la semana pasada de que este acercamiento del precio del barril de Brent a los 100 dólares sitúa a la economía en "zona de peligro".