La Consejería de Innovación lo ha visto claro: el patrimonio vende, en vivo o en diferido. Y por ello ha premiado el proyecto remitido desde Bellas Artes con más de medio millón de euros que, en cuatro años y junto al esfuerzo de historiadores, infografistas y museólogos, dará pie al primer museo virtual de Andalucía.
Se trata de divulgar cómo eran, vivían y se fundamentaron las diversas y ricas culturas que han habitado el Bajo Guadalquivir, desde Córdoba hasta Cádiz, para a partir de un viaje virtual pero que promete ser inolvidable -amén de apto para todo tipo de edades-, obtener una visión global de esto que hemos dado en llamar Andalucía y que no es sino el fruto de tanta amalgama de historias, de pueblos, de vidas.
Con tan elevadas miras se ha plasmado sobre el papel un proyecto que nace en el seno de la Facultad de Bellas Artes pero que será forzosamente compartido por otras facultades y disciplinas, lo que conferirá a tamaño empeño más valor científico, tecnológico y museológico si cabe.
La cabeza pensante del asunto responde al nombre de María Fernanda Morón de Castro, profesora de Museología y de Clasificación y Peritaje de obras de arte, y ahora coordinadora del proyecto, quien subraya el "carácter divulgativo que tendrá esta nueva herramienta virtual".
No por menos, una vez que esté activa dará lugar a la creación de productos específicos dirigidos a los colegios e institutos andaluces, al objeto de mejorar el conocimiento de nuestro pasado de una forma amena a la vez que rigurosa. "Ése es nuestro gran reto".
Y para no errar han recurrido a la experiencia, también pionera y reconocida, desarrollada en el Colegio San Francisco de Paula a propósito del proyecto Itálica Virtual, que permitió a alumnos asesorados por expertos reconstruir con infografías los escenarios principales de la ciudad adrianea.
Piezas con gancho. Lo más granado de la Prehistoria y la Historia hasta el periodo de dominación islámica (es decir, hasta el siglo XIII) en el Bajo Guadalquivir será analizado, reconstruido y repasado en este museo virtual.
Con tal motivo, se echará mano a hitos o piezas clave que, a modo de imán, atraigan la atención del visitante virtual. Es el caso de los dólmenes prehistóricos, con sus misterios funerarios; del Tesoro del Carambolo, que servirá de excusa para descubrir Tartessos y el mundo fenicio; de la Venus de Itálica, escultura que abrirá las puertas de este relevante yacimiento romano; y de la Mezquita de Córdoba o el Alcázar de Sevilla, exponentes de al-Andalus.
