Cultura

La lente seductora de Paco Sánchez se asoma a la sensualidad del baile

El Real Alcázar acoge hasta el 30 de septiembre una muestra de fotografías flamencas del periodista

el 07 sep 2012 / 18:56 h.

El fotógrafo Paco Sánchez, en una sesión para su exposición 'Bailaoras'
Si, como se ha dicho alguna vez, el secreto de la buena fotografía depende de la capacidad de la lente -y del fotógrafo- para seducir al objeto retratado, no cabe duda de que la obra de Paco Sánchez cumple ese presupuesto. No obstante, en los trabajos de estudio de este conocido periodista y gran aficionado al flamenco, la seducción es una corriente de ida y vuelta, que va del ojo a la modelo y regresa a ésta como un flujo eléctrico.

 

Lo demuestra Sánchez (Dos Hermanas, 1946) en su exposición Bailaoras, un proyecto que sus amigos conocían hasta ahora sólo parcialmente -por ejemplo, con las originales felicitaciones de Navidad que el fotógrafo suele enviar-, pero que halla ahora en el Real Alcázar de Sevilla un espacio digno de su ambición.

A partir de un fondo compuesto por unas 25.000 instantáneas, Sánchez ha seleccionado las mejores imágenes para compartir su visión de la sensualidad y la fuerza del baile femenino. Con fondos neutros, la mayoría blancos o de colores pero exentos de artificios, el fotógrafo permite que cada una de sus modelos saque a relucir la plasticidad de su arte, pasada por el filtro de lo que tradicionalmente llamamos el papel positivado.

Aunque su archivo comprende más de 200.000 imágenes, resultado de muchos años recorriendo escenarios, Sánchez entendió que el estudio proporcionaba otras posibilidades. "En la fotografía de espectáculos no puedes escoger la imagen que tú estás pensando, por eso pensé en meterme en un estudio y allí ir convocando a las bailaoras", recuerda. "Son poses de baile donde intento realzar la figura de la mujer bailando con las posturas que normalmente hacen en sus actuaciones".

Nombres como Mercedes Ruiz, Rosario Toledo, Manuela Ríos, Ángeles Gabaldón o Asunción Demartos figuran en la selección de 30 piezas de 150 x 100 centímetros, muy diferentes a las que había mostrado el autor en otras ediciones de la Bienal. Allí donde se pierde la tensión de captar el momento único del arte vivo, aquí la imagen es el resultado de una mirada más meditativa, menos confiada a los reflejos del fotógrafo y más apoyada en su intuición y su buen gusto.

Cabe destacar la doble vertiente de este proyecto: de un lado, su valor documental, pues con sólo un año va camino de convertirse en un verdadero catálogo del momento actual del baile, integrando a veteranas como a jóvenes intérpretes; y por otro, su carga estética, que sin renunciar a la sencillez pone de manifiesto la impresionante sofisticación que entraña, en el mundo de las bailaoras, un simple gesto de la mano o un detalle de la expresividad del rostro.

Paco Sánchez quería, "sin depender de la iluminación y la escenografía impuesta por los espectáculos", propiciar el encuentro de "la bailaora y el fotógrafo, frente a frente". Un juego de seducción del que goza, en última instancia, el espectador.

La muestra permanecerá abierta al público hasta el 30 de septiembre, fecha de clausura de la Bienal, en los horarios habituales del Alcázar. Entrada gratuita.

  • 1