Manos Unidas surgió en 1960 al amparo de la primera campaña contra el hambre que se organizó en España, por iniciativa de un grupo de mujeres de Ación Católica Española. Ahora es ya una de las organizaciones no gubernamentales más activas y con mayor presencia allí donde la pobreza causa más estragos. Ha financiado más de 25.000 proyectos solidarios, en más de 64 países de Asia, África, América y Oceanía. Asimismo, esta organización, que actualmente preside Myriam García Abrisqueta, cuenta con el apoyo incondicional de más de 80 mil socios, que aportan casi el 80% de sus ingresos. También muchas empresas contribuyen a su soporte económico.
Precisamente, el año pasado, y como muestra de reconocimiento público a la labor desarrollada por Manos Unidas, el Papa Benedicto XVI nombró a su presidenta miembro del Consejo Pontificio Cor Unum, organismo vaticano que distribuye la caridad del Pontífice, además de designarla auditora del Sínodo de los Obispos Africanos, celebrado este año en el Vaticano.
Principalmente, el modus operandi de Manos Unidas consiste no tanto en desarrollar proyectos propios como en financiar aquellos que ofrecen garantías de desarrollo y continuidad en el tiempo, en áreas como la agricultura, de carácter social, cultural y educativo, sanitario y, además, de promoción de la mujer. En este sentido, durante el año 2008, el Premio Príncipe de Asturias a la Concordia de este año trabajó para avanzar y conseguir el quinto Objetivo del Milenio fijado por Naciones Unidas: reducir la mortalidad materna.
Manos Unidas ya fue candidata en 1997 al premio que, finalmente, ha conseguido 13 años después. Igualmente, el presidente de la Fundación Príncipe de Asturias, Matías Rodríguez Inciarte, señaló ayer que la institución se siente "muy orgullosa" de premiar con el galardón de Concordia a esta ONG por "una labor muy entregada en favor de la educación y del desarrollo".
Asimismo, Manos Unidas anunció ayer que destinaría la totalidad del premio, 50.000 euros, a un nuevo proyecto para la reconstrucción de Haití, que se sumará a los once que actualmente ya tienen en marcha en ese territorio. Así lo aseguró la presidenta Myriam García Abrisqueta en una rueda de prensa, en la que recordó que Manos Unidas lleva trabajando en Haití desde hace 30 años.
Con respecto al galardón, la responsable de Manos Unidas manifestó que es "un honor, una responsabilidad y un estímulo" para seguir trabajando donde haya "una persona que pase hambre" porque, según explicó, "aunque las cifras revelan que últimamente se ha reducido la pobreza -de 1.020 millones a 935 millones- son personas, y por ellas nosotros luchamos". Por eso, García dijo que "este premio está repartidísimo" y que, como ocurre cuando el "gordo" de la Lotería de Navidad se reparte entre mucha gente, el triunfo de Manos Unidas "es una gran alegría".
