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La multa que gusta a los taxistas

Comerciantes y trabajadores del centro de Sevilla han puesto el grito en el cielo con el anuncio de la nueva multa de 90 euros por atravesar el casco histórico en coche o circular por sus calles más de 45 minutos. En cambio, los taxistas creen que ya era hora.

el 16 feb 2010 / 15:08 h.

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¿90 euros de multa por atravesar el centro o permanecer en él más de 45 minutos? El anuncio de la nueva multa no sólo indignó ayer a conductores que dejan su todoterreno sobre la acera en la calle Zaragoza, sino a quienes trabajan en el casco histórico (vayan en coche o a pie) e incluso a peatones. Sólo los taxistas y algunos peatones a los que preguntó este periódico vieron la medida "positiva" no sólo porque puede acabar con los atascos, sino porque les supondrá más carreras.

"Se quitará el colapso y la gente vendrá al centro lo justo y necesario en coche", explica Víctor Manuel Blanco desde su taxi en Reyes Católicos. "Nos va a beneficiar porque sacará coches del centro y se acabará el ir de compras con el coche". En la parada de taxis de la plaza Nueva Rafael Moreno tercia señalando a su taxímetro: "Se va a hacer valer el servicio público y va a generarse más fluidez de tráfico, lo que agilizará nuestro seervicio y lo abaratará". La idea de que los particulares dejen el coche en casa entusiasma al resto de colegas del taxi congregados frente al hotel Inglaterra, aunque ninguno más quiso opinar con su nombre.

También están entre los entusiastas de la medida Silvia Guadix, una joven que trabaja en el centro y que cree que hay que cambiar el concepto de movilidad de una ciudad como Sevilla "por el cambio climático". Más argumentos da en el bar De la Torre Francisco Gómez, vicepresidente del Consejo Provincial de Mayores: "Londres y Barcelona tienen ya restricciones al tráfico privado en el centro. Sevilla tiene que ser una ciudad para las personas y no un pueblo para los coches. Me muevo más que cuando trabajaba y andar me quita del centro de salud". Maika Muñoz, estanquera en la esquina de Reyes Católicos y Zaragoza, añade que es "imposible" aparcar ya, salvo en un estacionamiento subterráneo, "y eso es un sueldo".

Pero son prácticamente los únicos defensores -a lo largo del recorrido del reportero por el centro- de la nueva sanción, que el Ayuntamiento prevé implantar en septiembre. Los comerciantes están con las carnes abiertas, como Sara Rico, que trabaja en la perfumería Aromas en la calle Zaragoza, a la que acude a diario en moto desde su casa en Los Arcos. "La multa es un sacadineros y además hunde al comercio del centro", se indigna: "y además tengo que dar la vuelta a Sevilla a diario". 

Los hosteleros también afirman que la restricción al tráfico será su puntilla. "Es una barbaridad. Yo vivo en el centro, pero vivo de los que vienen al centro y me van a arruinar. No sé si es que se quiere sacara flote a Tussam o qué", expresa José Ortiz desde la barra del bar De la Torre. Su cliente Alfredo González, contable que acude al centro desde el Aljarafe a diario, se pregunta "¿Qué pasa con quienes acuden a despachos profesionales y no saben si van a estar 45 o 90 minutos?"

Incluso más de un peatón se queda patidifuso con el anuncio de la multa. "Desde luego con sanciones no solucionan el problema del tráfico, porque si vas de compras aparcas donde puedes, incluso donde no deberías", espeta en la plaza Nueva Concha López, recién llegada desde Torreblanca.

Belén Góngora, que trabaja en una oficina del centro y acude a diario desde Sevilla Este, también se planta: "Dificultan todos los accesos al centro, pero sin alternativas, porque el Metro no llega a mi barrio. Aparco en Amador de los Ríos -a unos 20 minutos a pie, siendo optimistas- y ahora que van a dejar Oriente (Luis Montoto) con un sólo sentido no sé qué voy a hacer.

Alberto Amador trabaja en la calle Zaragoza y camina desde su domicilio hasta allí 25 minutos "por deporte". Pero tambiénse le enfada la decisión del Ayuntamiento: "ni está consensuada ni obedece a causas objetivas porque el tráfico lleva años siendo un desastre, y además se adopta por sorpresa". Ve un claro beneficiario: el párking de El Corte Inglés, y los perdedores del partido: el pequeño comercio. De rebote, sus parientes de más edad que lo van a tener complicado para que los lleven al médico sin multa de por medio.

Pedro Díaz, desde su coche correctamente aparcado (en la calle Zaragoza, recordemos, un matrimonio en un todoterreno sobre la acera aprovechó al periodista para proclamar que la multa les parece "absurda y sin sentido"), ve la nueva multa de los 45 minutos "un invento para sacar dinero. Si me meto en un aparcamiento subterráneo me pueden sacar siete euros al día. Sólo ayer gasté 2,60 en el de la Puerta de Jerez por dos horas. Y no puedo venir con herramientas en el autobús ni mi trabajo dura 45 minutos".

Alberto Martínez, otro joven que acaba de pagar el tique de la zona azul, se ehca las manos a la cabeza "¿Qué hacemos la gente de la periferia, con el desastre de autobús que hay y el Metro que no llega? Estamos obligados a aparcar aquí, y no venimos por gusto, sino a ganarnos el pan".

 

 

 

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